martes, 5 de abril de 2016


Manifiesto de la Fundación Espacio Abierto ante la grave situación del país.

                  

Venezuela está sumergida en una crisis política, económica, social y cultural sin precedentes. Estamos en presencia de una involución colosal como nación y como sociedad  consecuencia de la imposición de un fracasado modelo en el que confluyen una concepción estatista de la economía con un autoritarismo que transita los senderos de una dictadura de corte caudillista y militarista inspirado en el castrismo. La ineficiencia, el sectarismo, el clientelismo y la corrupción son la impronta de la gestión del régimen iniciado en 1999.

Los efectos más visibles y negativos de la mala gestión de gobierno y de la crisis son: la creciente anarquía y anomia en la que vivimos, la escasez de medicamentos que ha alcanzado la cifra del 90%, así como de la mayor parte de los productos de primera necesidad, la desbocada inflación, la violencia, la inseguridad y el colapso de los servicios públicos fundamentales. 

Adicionalmente el Gobierno ha potenciado la crisis al desconocer los resultados de los comicios parlamentarios y  boicotear la actuación del recién electo Poder Legislativo, provocando un enfrentamiento entre poderes del Estado apoyado en el Tribunal Supremo de Justicia que utiliza como un bufete del oficialismo en lugar de un Poder al servicio del Estado y garante del Estado de Derecho y la Justicia tal como lo establece la Constitución.

Los venezolanos hablaron con su voto a favor de un cambio de gobierno y las políticas públicas. Ante la inacción del régimen y la profundización de los desajustes, la necesidad de producir la sustitución del Poder Ejecutivo se ha incrementado, tal como se siente en las calles y lo reflejan las mediciones de opinión.

Los venezolanos no aguantamos más este desastre,  el país reclama cambios, es tiempo de empinarse sobre la cotidianidad para avistar los nuevos horizontes.

El presidente Maduro debe dejarle paso a este torrente de cambio. Su renuncia tendría un profundo contenido ético y sería una contribución invalorable para comenzar a despejar el horizonte.

La talla del triunfo electoral de diciembre le confirió a la coalición agrupada en torno a la Mesa de la Unidad Democrática la condición de alternativa real de cambio y le encomendó la responsabilidad histórica de conducir la transformación que  necesita el país y desea la mayoría abrumadora de los venezolanos.  

Diciembre  marcó la pauta de una agenda victoriosa: una dirección unida y unitaria, con un programa común, fuertemente organizada, con objetivos,  a la cabeza de un masivo movimiento nacional.  

La MUD tiene la obligación de ejercer cabalmente  su rol de alternativa de cambio y eso significa en la presente circunstancia proponerle a Venezuela la vía constitucional más eficaz para adelantar la salida del presente gobierno. Acompañada de  una estrategia coherente y armonizada, amalgamado con nuestra más poderosa argamasa: la Unidad.

Cualquier otro objetivo político, por más importantes que sean las razones, regionales, partidarias, sectoriales o personales es secundario. De hecho la dirección opositora ha comunicado públicamente y en varias ocasiones que su prioridad es la sustitución del gobierno nacional. Un cambio de políticas o de prioridades debe proponerse, comunicarse y explicarse de manera exhaustiva y no adelantarse de forma subrepticia e inconsulta.

Consideramos que la decisión adoptada por la MUD de utilizar todas las formulas previstas en la Constitución para acortar la vigencia del gobierno Maduro no es la mejor ni la más conveniente y ajustada en términos de calendario y eficacia para lograr el objetivo planteado. Proponer todas es en la práctica, no proponer ninguna.  Si se utilizan todas a la vez lo más probable es que los enormes esfuerzos de movilización y organización necesarios para lograr el necesario y pronto relevo en la Presidencia se dispersen y se anulen, cuando el tiempo es escaso y el oficialismo jugará con todas las cartas y recursos de que disponga – legítimos e ilegítimos – a favor del  continuismo.

Los partidos democráticos agrupados en la MUD están en la perentoria obligación de arribar a un acuerdo en torno a un procedimiento constitucional a adoptar. La hora les exige dejar de lado las diferencias y los intereses particulares para cumplir cabalmente con el papel de alternativa histórica de cambio.

En la Fundación Espacio Abierto después de haber oído y considerado todas las opiniones al respecto consideramos que la fórmula más conveniente y eficaz para lograr el  inminente relevo de Maduro es el Referéndum Revocatorio porque para su activación y materialización demanda una masiva participación popular y la eficacia de su resultado no depende de la aceptación e injerencia de ningún Poder del Estado sino de la soberanía popular manifestada mediante el voto.

 Estamos conscientes de que todos los caminos  contienen grandes dificultades debido  a los propósitos continuistas del oficialismo y al secuestro de  las instituciones del Estado.

Démosle al pueblo el protagonismo que le permita  cambiar su dura realidad, sentemos las bases de un cambio duradero.





                   Junta directiva de la Fundación Espacio Abierto.




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