EDDIE A. RAMÍREZ S. |
EL UNIVERSAL
Los movimientos telúricos detectados predicen una catástrofe a corto plazo. Los bomberos exigen que por bajo que sea el riesgo de un siniestro se requiere puertas de salidas rutinarias y además de emergencia. Salir de un totalitarismo siglo XXI que cuenta con un importante, aunque no mayoritario apoyo popular, es tarea compleja. En estos años aciagos hemos tomado diferentes vías, todas válidas pero sin salida. Como no han sido exitosas, ciertos aficionados, políticos y analistas las han satanizado, según sus percepciones. En política ninguna vía está clausurada, sino disponibles según las circunstancias. Repasemos algunas.
1- Electoral: muchos la cierran por el ventajismo del régimen y por la parcialidad del CNE que impide la auditoría de los cuadernos electorales y es sumiso al Poder Ejecutivo. Sin embargo, Lumay Barreto, una mujer valiente y en contacto con su pueblo, ganó la Alcaldía de Guasdualito y otros opositores triunfaron en municipios y en tres gobernaciones. Esto indica que no es una salida totalmente cerrada, aunque difícilmente el régimen reconocería una victoria opositora en las presidenciales.
2- Huelga: es una salida con una amplia apertura, pero debe ser general. En la del 2002 solo se detuvo una parte del país.
3- Abstención: es una salida válida para deslegitimar, pero quienes se abstienen deben ser una gran mayoría. En las parlamentarias del 2005 fue elevada, pero debemos reconocer que los partidos se retiraron porque no sacarían más de 15 diputados y del otro lado no hubo incentivos para votar.
4- Marchas y concentraciones: hemos caminado muchos kilómetros después del 11 de abril del 2002, pero no encontramos la salida, porque eran marchas zanahoria y concentraciones incestuosas a donde acudimos siempre los mismos buenos ciudadanos. La excepción fue la marcha de febrero 2004 y las llamadas guarimbas que el régimen dispersó con lacrimógenas y perdigones, pero también asesinando a manifestantes como los casos de Evangelina Carrizo en el Zulia y Maritza Ron en Altamira. Es una salida riesgosa, pero si se administra bien puede conducir a una renuncia no traumática.
5- Constituyente: por ser salida electoral en la cual el régimen puede adelantarse y fijar las bases comiciales y por ser utópico que podamos recoger las firmas, es una puerta estrecha. Otra situación sería si en las pasadas elecciones hubiésemos ganado la mayoría de alcaldías.
6- Revocatorio: después de la Lista Tascón se volvió inviable.
A la luz de lo expuesto pensamos que la crisis será el detonante que abra una salida que puede estar dentro del marco constitucional. Para ello uno de los requisitos es que partidos políticos y sociedad civil entiendan la importancia de la unidad, que esperar hasta el 2018 es permitir que se imponga definitivamente el totalitarismo siglo XXI y que una salida electoral es posible, pero muy poco probable. Las asambleas de calle son buenas iniciativas, pero no suficientes. Hay que llegarle a quienes todavía apoyan al oficialismo.
Como en botica: Según dicen Maduro no ha podido ocupar La Casona. Le recomendamos instalarse en una carpa para que constate el calvario de los propietarios cuando no pueden desalojar a sus inquilinos. ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!
eddiearamirez@hotmail.com
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