martes, 5 de agosto de 2014

¡ESTAFA POPULAR!

Freddy Nuñez

La crisis global que padece el país, hace pensar hoy, como nunca en los últimos 15 años, que el futuro depende de una solida y auténtica unidad opositora. La intransigencia de ciertos grupos, empeñados en chantajear a la MUD, pretendiendo obligarla a embarcarse en aventuras y atajos  probadamente fracasados, dan oxigeno a un gobierno cuyo profundo deterioro solo permite  esperar de él, un empeoramiento concreto y a corto plazo de las condiciones de vida del venezolano. La semana pasada asistí a un foro organizado por la A.C, Expresión Libre, en la cual se analizó el fracaso de esta cosa que llaman “el modelo”, el socialismo del siglo XXI, y las posibilidades de construir una Venezuela de progreso para sustituirlo. Dos intervenciones destacaron. La del profesor Antonio Paiva, cuyo contenido trascendía el mero diagnóstico económico para plantear el gran reto nacional de transformar institucionalmente al país, en el proceso de construir una economía realmente productiva y una sociedad moderna e incluyente. Paiva, se abstuvo de llamar por su nombre al modelo económico alternativo a esta aberración, y prefirió el eufemismo según el cual la economía no tiene apellido. Si lo tiene, y si algo demuestra la historia económica es su posibilidad de ser perfectible, se llama capitalismo. A este, le quedan asignaciones pendientes que dependen en mucho de la capacidad de transformación ética y reguladora propiciada por el conjunto de factores que componen la sociedad, pero no otra cosa es lo que existe en los países del mundo desarrollado. La otra fue la de Henkel García, abundante en datos y cifras reveladoras del fracaso del régimen, así como en propuestas. Durante su intervención García pregunto ¿podemos dejar la tarea de reconstruir el país a los políticos? Como si la crisis venezolana que hizo posible a Chávez, o la actual, profundizada por el gigante destructor, se debiera exclusivamente a “los políticos”. Grave percepción, fronteriza con la anti política. Mientras este foro ratificaba lo evidente, es decir la destrucción del país adelantada por el chavomadurismo, estaba en desarrollo el último circo del régimen, el III congreso. Un aquelarre dedicado a fanatizar, a endiosar al gran culpable fallecido, y a manipular incautos. Remendaban los trapos internos mientras cocinaban el paquetazo rojo que habrán de aplicar como consecuencia de 15 años de disparates, ineficacia y corrupción. La distracción mayor fue la aparición del general Carvajal, al grito de “victoria popular”. Alguien con orden de captura internacional desde el 2008, por sus presuntos vínculos con el narcotráfico, no solo no es investigado por la fiscal, sino que es recibido como héroe. Marca de fábrica de este régimen, capaz de poner preso a sus “enemigos” aún sin pruebas, negarles  los beneficios de ley, pero capaz de exculpar sin juicio alguno a los “revolucionarios”. La cosecha del III congreso esta próxima, se llama básicamente, aumento de la gasolina, impuestos adicionales, y cambio único, con el dólar a un precio que garantizara más escases y más miseria. El único grito que debe escucharse fuerte es el de ¡estafa popular!

Freddy Núñez.


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