jueves, 22 de enero de 2015

La presidenta argentina, “convencida” de que Nisman no se suicidó

Francisco Peregil

La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, ha vuelto a escribir en Facebook sobre la muerte del fiscal Alberto Nisman, el hombre que la denunció por encubrimiento de terroristas cuatro días antes de fallecer con una bala incrustada en la cabeza. En un extenso mensaje de 2.900 palabras, Fernández asegura que no cree que la muerte de Nisman se trate de un suicidio. Y sostiene que "una rápida lectura" a la denuncia íntegra del fiscal no hace más que confirmar sus "peores sospechas". Es decir, que el informe de Nisman no aporta nada nuevo y que le "plantaron" pistas falsas y que Nisman fue utilizado dentro de una operación contra el Gobierno. En el texto de Fernández se lee: "La denuncia del Fiscal Nisman nunca fue en sí misma la verdadera operación contra el Gobierno. Se derrumbaba a poco de andar. Nisman no lo sabía y probablemente no lo supo nunca. La verdadera operación contra el Gobierno era la muerte del Fiscal después de acusar a la Presidenta, a su Canciller y al Secretario General de La Cámpora de ser encubridores de los iraníes acusados por el atentado terrorista de la AMIA". Sin embargo, la denuncia del fiscal y su contenido ha pasado a segundo plano. Lo que se discute hoy por hoy son las circunstancias de la muerte de Nisman y la actuación del Gobierno respecto a ella. Cristina Fernández ya fue criticada por guardar silencio durante cinco días desde que el fiscal planteó el miércoles de la semana pasada una denuncia de una gravedad inusitada. Cuando Fernández eligió ofrecer una primera explicación lo hizo a través de Facebook el mismo día de su muerte. La oposición criticó que eligiera las redes sociales cuando la presidenta acostumbra a transmitir muchos de sus mensajes por "cadena nacional", es decir, mediante la difusión obligatoria en todos los canales de radio y televisión.

En aquella primera carta por Facebook, Fernández habló de suicidio: "La muerte de una persona siempre causa dolor y pérdida entre sus seres queridos, y consternación en el resto. El suicidio provoca, además, en todos los casos, primero: estupor, y después: interrogantes. ¿Qué fue lo que llevó a una persona a tomar la terrible decisión de quitarse la vida?". A renglón seguido empleó los signos de interrogación: "En el caso del ¿suicidio? Del Fiscal a cargo de la causa AMIA (...) Pero en este segundo mensaje, apenas tres días después del primero, Fernández asegura ya estar convencida de que no se trató de un suicidio. El texto lo titula: "Los espías que no eran espías. Los interrogantes que se convierten en certeza. El suicidio (que estoy convencida) no fue suicidio".
La muerte de Nisman parece haber dejado al Gobierno sin capacidad de reacción, sin iniciativa, al rebufo de los acontecimientos. La idea de que la presidenta Fernández convoque una conferencia de prensa es casi inconcebible. Pero su insistencia en mantenerse detrás del muro de Facebook ha soliviantado a la oposición. "Es incomprensible que la presidenta se siga comunicando por las redes", señaló el senador de la Unión Cívica Radical y precandidato a la presidencia, Ernesto Sanz.
El mensaje de Fernández ha dado la señal al resto del Ejecutivo para cambiar de opinión. Uno de los primeros en hacerlo es Sergio Berni, el secretario de Seguridad, quien llegó a la casa de Nisman antes del juez y la fiscal. Berni fue la primera autoridad en señalar que todo apuntaba a un suicidio. Lo hizo horas antes de que se conocieran los primeros informes periciales. Sin embargo, después de conocerse el mensaje de la presidenta ha corregido sus palabras basándose en las declaraciones del cerrajero que abrió la puerta de servicio: "Cuando dice el cerrajero que la puerta estaba abierta, quiere decir que no estaba puesta con dos vueltas de llaves. Alguien puede haber salido por esa puerta". Y declaró: "la teoría del suicidio está cada vez más lejos".
Respecto al contenido de la denuncia presentada por Nisman y publicada de forma íntegra en Internet, Fernández sostiene que no aporta nada nuevo. Y añade que a Nisman le "plantaron" información falsa en su informe."La acusación de Nisman no sólo se derrumba, sino que constituye un verdadero escándalo político y jurídico", asegura. Y precisa: "La denuncia del fiscal Nisman nunca fue en sí misma la verdadera operación contra el Gobierno. Se derrumbaba a poco de andar. Nisman no lo sabía y probablemente no lo supo nunca. La verdadera operación contra el Gobierno era la muerte del Fiscal después de acusar a la Presidenta, a su Canciller y al Secretario General de La Cámpora de ser encubridores de los iraníes acusados por el atentado de la AMIA". Más adelante remacha: "Lo usaron vivo y después lo necesitaban muerto. Así de triste y terrible".

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