Francisco Peregil
El fiscal argentino Alberto Nisman fue encontrado muerto en la noche del domingo en su departamento, en el barrio porteño de Puerto Madero. La puerta se encontraba cerrada por dentro con llave. Su madre y un escolta tuvieron que llamar a un cerrajero para abrirla. Lo encontraron en el baño. Su cuerpo inerte bloqueaba la puerta. A su lado se halló un arma y un casquillo de bala. Nisman, de 51 años, tenía previsto comparecer este lunes ante la Comisión de Legislación Penal en la Cámara de Diputados, a petición de varios grupos opositores, para exponer los términos de su denuncia contra la presidenta de Argentina y otros colaboradores. El fiscal había denunciado el miércoles a Cristina Fernández por “fabricar la inocencia” de los terroristas que causaron la muerte de 85 personas en el atentado con coche bomba contra la sede porteña de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) el 18 de julio de 1994.
Alberto Nisman había solicitado el sábado a sus escoltas que lo recogieran en su domicilio a las 11:30 de la mañana. Los guardaespaldas llegaron pero se encontraron la puerta cerrada. Llamaron a su teléfono y nadie contestó. Localizaron entonces a su madre y la llevaron al edificio de la torre Le Parc, donde se encuentra el departamento de Nisman. A partir de ahí, toda la escena fue presenciada por los escoltas y la madre al mismo tiempo. El cuerpo de Nisman se encontraba en el baño.
A las cuatro de la madrugada, la fiscal encargada de investigar su muerte, Viviana Fein, confirmó que se había encontrado un arma del calibre 22 en su domicilio. Pero pedía cautela antes de aventurar ninguna hipótesis: "Encontramos un arma. "Ahora tenemos que encontrar los detalles de la causa de muerte. No puedo observar si fue suicidio o no. Les pido prudencia".
Una hora después, el ministerio de Seguridad difundió un comunicado cuyo contenido reproducimos casi en su totalidad:
Los efectivos de la custodia de Nisman, pertenecientes a la Policía Federal Argentina, habían alertado a su secretaria en horas de la tarde de su falta de respuesta a los insistentes llamados telefónicos. Al constatar que el hombre tampoco respondía al timbre de la casa y que el periódico del domingo aún se encontraba en el palier, decidieron notificar a los familiares.El fiscal disponía de 10 efectivos de la Policía Federal Argentina para su custodia personal.La custodia entonces recogió a la madre de Nisman en su domicilio y la llevó a la torre Le Parc. Al intentar ingresar, la mujer constató que la puerta se encontraba cerrada con la llave colocada en la cerradura por dentro.Los familiares solicitaron entonces al personal de mantenimiento del edificio que convocaran a un cerrajero para ingresar al departamento.A primera hora de la noche, la madre ingresó a la vivienda acompañada por uno de los custodios, hallando el cuerpo de Nisman en el interior del baño de su habitación, bloqueando la puerta ingreso al mismo.Inmediatamente se notificó a la justicia de turno. Ante la presencia del juez De Campos y de la fiscal Fein, personal policial logró ingresar al baño. Junto al cuerpo de Nisman, que se hallaba en el suelo, se encontró un arma de fuego calibre 22, además de un casquillo de bala.
Alberto Nisman, divorciado y con dos hijas, fue designado por el presidente Néstor Kirchner (2003-2007) para investigar de forma exclusiva el atentado contra la AMIA. Y ésa fue su función exclusiva desde 2004. Era el fiscal especial de la causa Amia. Y gozaba de excelente relación con el Gobierno. Hasta que Cristina Fernández firmó en enero de 2013 un acuerdo con Irán para aclarar el atentado de 1994. El acuerdo se hizo sin el conocimiento de Nisman. Y una vez hecho público, el fiscal siempre manifestó su oposición.
La diputada opositora Patricia Bullrich declaró al canal TN que este sábado habló con Nisman por teléfono en tres ocasiones. Y en el transcurso de esas charlas, según Bullrich, el fiscal le dijo que había recibido varias amenazas. También le dijo que era consciente de que se exponía a muchas críticas ante la gravedad de sus acusaciones, pero él aseguraba sentirse tranquilo y así decía habérselo explicado a su hija de 15 años.
El fiscal solicitaba que su comparecencia, a petición de la oposición, fuese reservada. Y los parlamentarios oficialistas habían solicitado que fuese televisada. Ese fue el principal tema que trató Bullrich con el fiscal el sábado. Y, según la diputada opositora, el fiscal le dijo: “Yo para ir al Congreso y decir lo que ya dije en medios públicos no tiene sentido. Necesito que la comparecencia sea reservada para dar más información”.
Además de la presidenta, el fiscal acusaba en su denuncia al ministro de Exteriores, Héctor Timerman, al diputado oficialista Andrés Larroque, los dirigentes sociales kirchneristas Luis D'Elia y Fernando Esteche, al exjuez de instrucción Héctor Yrimia y el referente comunitario iraní Jorge Yussuf Khalil.
Nisman basó su denuncia, sobre todo, en escuchas telefónicas. Disponía de un informe de 300 páginas que no había hecho público porque ofrecía nombres de los servicios de inteligencia que debían mantenerse secretos. No obstante, en el resumen de su denuncia acusaba a la presidenta de crear una trama diplomática paralela para negociar con Irán impunidad a cambio de petróleo. Esa supuesta negociación se materializó, según Nisman, en el principio de acuerdo que firmaron Irán y Argentina en enero de 2013 y que aún no ha sido ratificado por Irán.
La clave de esa negociación, siempre según la denuncia del fiscal, es que mediante el acuerdo, o Memorándum de Entendimiento, Irán conseguiría paralizar la orden de busca y captura que desde 2007 pesaba contra siete exaltos cargos iraníes y que les impedían salir del país. Esa condición no constaba en ninguno de los nueve puntos del Memorándum, aunque el fiscal sostenía que la promesa de la exoneración estaba ya negociada de antemano. Y se basaba para ello en las escuchas de las que iba a dar cuenta este lunes en la Cámara de Diputados.
Sin embargo, el ministro de Exteriores, Héctor Timerman, presentó una carta del exsecretario general de Interpol, Ronald Noble, a cargo del organismo en la fecha del acuerdo, en la que éste desmentía la acusación de Nisman. “Mientras era secretario general de Interpol”, escribió Ronal Noble a Timerman la semana pasada, “en cada ocasión que usted y yo hablamos y nos vimos en relación con las notificaciones rojas de Interpol [órdenes de busca y captura] emitidas con relación al caso Amia, usted indicó que Interpol debía mantener las notificaciones rojas en vigor. Su posición y la del Gobierno argentino fueron consistentes y firmes”.
Desde el miércoles hasta este lunes, Cristina Fernández no quiso pronunciarse sobre las acusaciones de Nisman. Pero desde el Gobierno se atacó con dureza al fiscal. El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, declaró la semana pasada que su denuncia era "disparatada, absurda, ilógica, irracional, ridícula y violatoria de artículos esenciales de la Constitución Nacional”.
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