Propósitos de Año Nuevo
Eduardo Fernandez
Tres propósitos me animan en el año que comienza. En primer lugar, trabajar por la unidad nacional. El país necesita sentirse uno. Como lo dijo Andrés Eloy Blanco, “sentirnos hormigas de la misma cueva”. Un país dividido tan radicalmente como lo está Venezuela no puede progresar.
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Tres propósitos me animan en el año que comienza. En primer lugar, trabajar por la unidad nacional. El país necesita sentirse uno. Como lo dijo Andrés Eloy Blanco, “sentirnos hormigas de la misma cueva”. Un país dividido tan radicalmente como lo está Venezuela no puede progresar.
En segundo lugar, trabajar por la gran rectificación nacional. Tenemos más de 70 años tratando de dominar el petróleo. Y el petróleo nos ha dominado a nosotros. El petróleo nos impuso un modelo monoproductor, estatista, centralista, redistribuidor de una renta aleatoria y profundamente corrompido y corruptor.
No se trata como lo hemos visto de salir de los adecos y de los copeyanos. Salimos de ellos y no fue para mejor. No se trata de salir de Chávez. Chávez murió y no fue para mejor. Tampoco se trata de salir de Maduro. Se trata de un asunto un poco más complejo. Se trata de salir del modelo que nos impuso el petróleo y que nos está dominando todavía.
El tercer propósito es trabajar por ayudar a construir una alternativa. Todos nuestros líderes se definen como “izquierdistas”. Todos son socialistas. Los más púdicos se llaman socialdemócratas y se ubican en una cosa que llaman centroizquierda.
Lo que requerimos es una alternativa. Desde hace 40 años nos gobiernan en nombre del progresismo, de la izquierda, del socialismo, de la socialdemocracia, y el modelo sigue incólume. Creo que es urgente acabar con esa literatura desgastada y tomar al toro por los cachos. Necesitamos una alternativa y no otra copia del modelo fracasado.
Esa alternativa tiene que conducir a cinco objetivos: más y mejor democracia, una economía diversificada y productiva, un clima de justicia social que erradique la pobreza, una población educada para los retos del futuro y un ambiente de alta exigencia ética que acabe de una vez por todas con la corrupción. Yo no sé si esos objetivos son de izquierda o de derecha, si son socialistas o socialdemócratas. Yo lo que sé es que eso es lo que necesita Venezuela.
El 2015 es un año de elecciones. Ojalá el debate electoral nos permita acercarnos a esos tres objetivos: unidad nacional, rectificación de los errores que venimos arrastrando desde hace 70 años o más y construcción de una alternativa bien explicada a la opinión pública y al ciudadano elector.
Eduardo Fernández
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