domingo, 10 de abril de 2011

FRAGILIDAD DEL SISTEMA ELÉCTRICO VENEZOLANO HACE TEMER CRISIS

CARACAS, 10 abril 2011 (AFP) – La fragilidad del sistema eléctrico venezolano podría reeditar este año la crisis energética de 2010, imponiendo nuevamente impopulares recortes al suministro para particulares, comercio e industrias, un asunto que fue clave en la caída de la economía, estimaron expertos.

El gobierno venezolano había dado por superada la crisis de generación eléctrica tras las abundantes lluvias de fines de año, que aliviaron la situación crítica del Guri, la mayor represa del país que genera un 70% de la energía nacional y que estaba en niveles de emergencia debido a una sequía.

Sin embargo, un apagón de varios minutos que el jueves dejó sin luz a la mayoría de los Estados del país activó las alarmas sobre la fragilidad de un sistema eléctrico incapaz de atender la demanda que en estos días, al inicio de la temporada de calor, disparó nuevamente el consumo.

Expertos consultados por la AFP coinciden en que el gobierno del presidente Hugo Chávez no ha hecho las inversiones necesarias para fortalecer el sistema de generación, transmisión y distribución de energía, que al operar más allá de su capacidad profundiza sus fallas y se hace cada día más frágil.

“La crisis en ningún momento se ha ido, sólo se había atenuado por una menor demanda”, afirmó el ingeniero en electricidad e investigador de la Universidad Simón Bolívar, José Aller.

Hace unos días, responsables del gobierno habían anunciado un plan de ahorro energético para este año.

“Llamamos al consumo consciente y necesario de la energía eléctrica, que tiene limitaciones en su generación”, declaró el vicepresidente Elías Jaua.

Según el ministro de Energía Eléctrica, Alí Rodríguez, la demanda actual ronda los 16.000 megavatios (MW) sobre una oferta de casi 18.000 MW, cifra desestimada por expertos que señalan que tanto la demanda como la oferta están casi igualadas en torno a los 16.000 MW.

En 2010, el gobierno había anunciado que sumaría 5.900 MW adicionales, sobre todo gracias a plantas termoeléctricas, y para 2011 prevé la instalación de otros 2.568 MW ayudado por acuerdos de cooperación con países como China, Colombia o Portugal.

“No hay holgura para absorber la demanda. Se trabaja sin respaldo, cualquier ‘pestañeo’ hace que el sistema se venga abajo, tal como ocurrió el jueves”, comentó el profesor de política energética de la Universidad Metropolitana de Caracas, Nelson Hernández.

“El gobierno está entrampado energéticamente y acusa derroche de electricidad, pero el problema es más profundo”, añadió Hernández, enumerando asuntos como falta de mantenimiento en las líneas de transmisión, mala gestión empresarial e incluso escasez de combustible para las centrales térmicas.

La energía en Venezuela proviene en un 70% de fuentes hidroeléctricas y el resto de centrales térmicas, que son las que presentan mayores fallas actualmente. Según Aller, las plantas térmicas operan sólo a un 40% de su capacidad.

De acuerdo a este experto, Venezuela requiere con urgencia una inversión de unos 20.000 millones de dólares en los próximos cuatro años para restaurar este sector, nacionalizado en 2007.

“El gobierno está utilizando al máximo las centrales hidroeléctricas. Ocupa todo lo que puede desde el Guri para alimentar al resto del país y las líneas que traen esa energía están sobrepasadas”, afirmó el ingeniero Miguel Lara, ex director de la oficina gubernamental de gestión eléctrica.

“Esto es una ruleta rusa. Operamos sobre ‘ojalá no falle’, ‘ojalá llueva mucho’. Así no se maneja un sistema eléctrico”, destacó.

Medios de prensa reportaban nuevas fallas eléctricas este fin de semana en algunas zonas de Caracas y en el interior del país, donde los cortes de luz se suceden constantemente desde el año pasado.

Los expertos apuntan que el consumo particular representa sólo un 22% del total nacional y que en este país petrolero, la mitad de la energía es consumida por las industrias básicas y del crudo.

En estos días, empresarios y comerciantes han manifestado su preocupación por la emergencia de una nueva crisis energética, una de las causas de la recesión económica que Venezuela está empezando a dejar atrás.

“No hemos hecho las inversiones que teníamos que hacer”, afirmó el presidente de la patronal Fedecámaras, Noel Álvarez.

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