viernes, 1 de abril de 2011

OTRO VIAJE ANTINACIONAL


El país encendido por las protestas estudiantiles y sindicales en las que piden más recursos financieros para universidades y mejoras salariales; organismos oficiales registran una disminución sostenida de la producción y la exportación petroleras, vuelven los apagones de electricidad, y sin embargo, el señor Chávez sale de viaje, no sin antes hundirse más en el descrédito internacional dando apoyo al tirano sanguinario que oprime a Libia.

La gira de Chávez por Suramérica no reportó nada para el país, sólo promoción internacional del presidente; de allí lo innecesario de él, y en consecuencia, su carácter despilfarrador de fondos públicos. En cuanto a acuerdos firmados, no significó más que un refrito, enésima vez que reitera documentos ya suscritos y planes fantasiosos, de los cuales muy pocos han sido llevados a la práctica; nihil novum sub sole.

Obviamente, ni por asomo se trajo el señor presidente un negocio favorable a los intereses de Venezuela, a su economía en proceso absurdo de destrucción. La empresa privada nacional no existe para Chávez. La extranjera sí; por tanto, jugosos y turbios contratos para esta última. Las balanzas comerciales con esos países testimonian de forma fehaciente la vergonzosa entrega sin contrapartida.

Como sabemos, la parada en Argentina se hizo para recibir de la Universidad de La Plata, un premio a la libertad de prensa. Una tomadura de pelo, han dicho por ahí con mucha razón, amén de una afrenta al pueblo venezolano que padece un sin número de arbitrariedades, violaciones a los derechos humanos y, precisamente, atentados contra la libertad de prensa. Nadie desconoce las decenas de medios cerrados por no someterse a los dictados del déspota de Miraflores, y los pocos que se mantienen independientes o autocensurados, están bajo el acoso gubernamental.

En Uruguay, se montó el mismo tinglado promocional. Y una perlita debe ser mencionada. Mientras los hospitales venezolanos se encuentran en estado deplorable y sus enfermeras están en huelga de hambre por mejoras salariales o incumplimiento de pagos que les adeuda el Estado, el señor Chávez dona nada menos y nada más que 10 millones de dólares para un hospital en Uruguay, cantidad que podía fácilmente sufragar parte de la deudas reclamadas. Otra bofetada a un pueblo que padece tantas necesidades.

En Bolivia, la misma historia de todos los viajes a ese país. Espectáculo patético para deleite de la Corte de los milagros de la izquierda continental y mundial, que saliva a más no poder con los ataques al imperialismo y entra en trance cuando Chávez habla de los inverosímiles planes de invasión de la OTAN a Venezuela.

Con el fallido viaje a Colombia, paso que sí tiene mayor interés para el país en virtud del vencimiento del lapso de salida definitiva de la CAN, quedan por verse asuntos que la incompetencia, la ignorancia y una visión ideológica anacrónica no han logrado solucionar.

Como se sabe, el próximo 21 de abril la normativa comercial y arancelaria que hasta ahora regía las relaciones entre Colombia y Venezuela quedará sin efecto. Para ambos países resolver este asunto es de vital importancia, habida cuenta de las relaciones estrechas que se han establecido históricamente entre estas economías. Ambos nos necesitamos, y es inconcebible que nos quedemos en el aire en lo concerniente a las reglas comerciales. Hubo suficiente tiempo -¡5 años¡-para solventar este asunto y amortiguar la decisión nefasta de abandonar la CAN. Pero sabemos cómo han marchado los humores a ambos lados de la frontera. Lastimosamente, ha sido del lado venezolano en donde ha habido la mayor torpeza, ceguera y descuido en esta materia. Si a esto unimos la incapacidad proverbial para comprender cómo es la dinámica de los negocios comerciales internacionales y su manejo, no puede extrañarnos que a estas alturas nada se haya podido acordar con los colombianos y la propuesta que se ha formulado sea un disparate que ningún país serio aceptaría en el mundo que vivimos.

Lo único responsable y conveniente para el país hubiera sido un regreso a la CAN. Pero eso sería pedir peras al olmo. Esta conducta antinacional del gobierno de Chávez significará graves perjuicios para el pueblo venezolano y su economía. El proceso de destrucción suicida continúa. Al próximo gobierno le corresponderá enderezar este gran entuerto.

EMILIO NOUEL V.

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