lunes, 25 de abril de 2011

¿Keiko Fujimori u Ollanta Humala?

La Ética no es el simple "tener valores", sino el verse obligado, a veces, a escoger el Mal Menor

EMETERIO GÓMEZ | EL UNIVERSAL
domingo 24 de abril de 2011

Cualquier peruano ultrafamoso -aunque sea un crítico acérrimo del Comunismo- tiene pleno derecho a estar indeciso entre la Fujimori y Humala. Y, peor aún, tiene derecho a coquetear con Ollanta y a dejarse engañar por su presunto alejamiento de Chávez. Hay que armarse de paciencia: si quieren votar por Humala... allá ellos. Afortunadamente, a cada quien le toca cargar con su propia conciencia.

En cambio, para los venezolanos que padecemos la barbarie comunista y, sobre todo, para quienes discernimos cuán formidable sería el espaldarazo que a Chávez le daría una victoria de su pupilo en el Perú; para nosotros, decía, para quienes no vivimos los crímenes del sórdido Vladimiro Montesinos, no puede haber mayores dudas acerca de por quién votar en la segunda vuelta peruana. Porque ¡¡una cosa es un dictador convencional como Fujimori, Pérez Jiménez y aun Pinochet, es decir, una cosa son tiranos crueles y asesinos... y otra, mucho más terrible, es la destrucción radical de la totalidad de una sociedad -hasta sus cimientos más profundos- a manos del Totalitarismo, tal como han hecho Fidel Castro, el Sandinismo y Chávez!!

Porque la Ética no es -como se nos ha hecho creer- el simple "tener valores", sino el verse obligado, a veces, a escoger el Mal Menor; el tener que apoyar una propuesta criminal, como sin duda lo fue Fujimori... ¡¡porque la alternativa sería apoyar la Barbarie Comunista!! O abstenerse, que es casi "tan peor". Votar por Keiko puede implicar responsabilizarse por muchas muertes, pero hacerlo por Humala podría significar responsabilizarse por... ¡¡una guerra civil!! Cualquiera tiene derecho a abstenerse, como ya dije, pero no diga entonces que tiene una dimensión Moral, lo que tiene es una mojigatería disfrazada de Ética.
Pero toda esta horrenda tragedia peruana de tener que escoger entre la Fujimori y Humala; ciertamente, entre el sida y el cáncer; toda esta comedia grotesca que han escenificado los tres candidatos demócratas -Toledo, PPK y el otro señor- para lograr, nadie se explica cómo, que fuesen eliminados los tres; toda esta dolorosa comedia se queda corta ante la verdadera tragedia, ante el profundo fracaso que le sirvió de telón de fondo: ¡¡la incapacidad radical de Alan García, para convertir al Capitalismo en mensaje político!! O, más simplemente, para dotar a aquél de un Proyecto Ideológico Nuevo; para dejar de ser la anacrónica Socialdemocracia.

Es tan impresionante lo que Alan García hizo en el plano económico, ¡¡como lo que no hizo en el plano político-ideológico!! Es formidable el salto que este hombre se pegó entre su primer Gobierno en los años 80 y este de ahora. O sea, entre el populismo socialistoide y -en su segundo periodo- la promoción de una poderosa Economía Capitalista. Qué lástima que no captó la posibilidad de concretar un Programa Político acorde con ella. Uno que acabe definitivamente con la sublime pendejada de la Izquierda y la Derecha y con sus tres cadáveres insepultos: la Socialdemocracia, el Socialcristianismo y el Socialismo Democrático; que asuma frontalmente que los problemas sociales no se resuelven con dádivas del Estado, sino impulsando el Capitalismo Popular o, más aún, el Capitalismo Solidario;o, como dice Gustavo Rosen en su artículo del lunes en El Nacional, Repensar el Capitalismo: "Convirtiendo al país en una sociedad de emprendedores". Ojalá no tengamos que esperar hasta un nuevo Gobierno de Alan García para que Perú desarrolle esa tan anhelada Ideología Política Capitalista. Ojalá Keiko Fujimori -como creo que lo hará- asuma esa tarea.

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