domingo, 27 de diciembre de 2015

MITZY CAPRILES A LA COMUNIDAD INTERNACIONAL

La injusticia no ha cedido en Venezuela. A pesar del inmenso rechazo manifestado por los ciudadanos en las últimas elecciones el gobierno insiste en no cambiar. No cambia su política económica que coloca a todos los venezolanos en la ruta de un empobrecimiento acelerado. No cambia su política institucional, viciada de prepotencia y desconocimiento de la legalidad. Y no cambia tampoco en su decisión de perseguir y mantener presos a líderes políticos de la talla de Antonio Ledezma.
Mi esposo es un líder de una larga trayectoria y compromiso democrático. El gobierno no le perdona que haya sido el primero que rompió el cerco electoral en Caracas logrando su elección y reelección como Alcalde Metropolitano. Tampoco le perdonan el rol político que siempre ha desempeñado, practicante de la unidad, articulador de consensos y firme en sus convicciones de convocar la insatisfacción del pueblo para transformarla en opciones políticas. El gobierno no le perdona su capacidad para disentir y el coraje moral con el que constantemente se mantiene al lado de los intereses más genuinos del pueblo.

Mi esposo es el titular de la autoridad civil electa más significativa después del Presidente de la República, pero ahora se estremece en el silencio y el aislamiento impuesto por la injusticia. Sus derechos ciudadanos fueron totalmente arrebatados por un régimen que notoriamente administra cárcel, silencio y aislamiento como mecanismos de anulación de los liderazgos y amedrentamiento a la comunidad de demócratas.

Antonio Ledezma lleva 10 meses en condición de secuestro institucional sin que hasta ahora haya podido defenderse porque no se ha realizado la audiencia ante el juez. 10 meses que ha sufrido intensamente el no ser lo que ha sido toda su vida: un político entregado a tiempo completo a servir a su pueblo.
Nadie puede tener dudas sobre la detención arbitraria que sufre Antonio Ledezma. Así fue calificado por la ONU quien exigió al régimen su inmediata libertad, requerimiento que es desacatado, porque su encierro no obedece a ningún criterio jurídico,tal como se consigna en el documento nº 27 del 03 de Septiembre de 2015, del Grupo de Trabajo sobre Detención Arbitraria del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, que recomienda la liberación inmediata de la Segunda Autoridad Civil más votada de nuestro país.

Fue la policía política la que allanó sus oficinas y se lo llevó a la fuerza. Fue el gobierno el que dispuso de su detención y el que valiéndose del control de todas las instituciones lo mantiene en total indefensión, arrebatados sus derechos y separado de los ciudadanos que lo eligieron.
 
Por eso invoco una vez más a la comunidad internacional. Contamos con la buena voluntad y preocupación democrática de Jefes de Estado, ministros, cancilleres, parlamentarios, alcaldes, gobernadores, intelectuales, artistas, movimientos religiosos, estudiantes, gremialistas, activistas de derechos humanos y a toda la gente que en cualquier rincón del mundo ame la libertad tanto como repudie la injusticia, para que sumen su clamor y en conjunto exijan una y otra vez el cese de la indebida detención de Antonio Ledezma y de todos los presos políticos.
Apelo a la capacidad movilizadora de la indignación de todos aquellos que no se resignan a la indiferencia porque se sienten conmovidos por la persecución y el sufrimiento de los venezolanos. Antonio Ledezma solo es un símbolo más de un país que sufre injusticia y acoso, pero no es el único.  Mi esposo merece la libertad plena cuanto antes.
Venezuela se merece una democracia sin exiliados y presos de conciencia. En las democracias de verdad no se persiguen los disensos.  Y eso solamente será posible con el concurso de todos ustedes, exigiendo una y otra vez que cese la represión de la que todos somos objeto.
 
Atentamente
Mitzy Capriles de Ledezma.

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