FERNANDO GERBASI
El pasado 24 de mayo de 2015, los españoles concurrieron a las urnas para elegir y renovar autoridades en 13 comunidades autónomas, en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla y en 8.119 municipios.
Los resultados arrojan una derrota importante del Partido Popular (PP) que pierde la mayoría que le permitía controlar 11 comunidades, un número importante de ciudades como Madrid, Valencia y Sevilla y 3.771 municipios, al pasar del 37,54% que obtuvo en las municipales de 2011 al 27,03%, en estas elecciones. Ciertamente no es el único perdedor. El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) pasa del 27, 79% en 2011 al 25,03%, actualmente. Aunque la pérdida es menor, no es menos cierto que dependerá de otras fuerzas de izquierda para poder gobernar al ser la primera fuerza política solamente en Asturias; en el resto y donde quedó como segunda fuerza tendrá que pactar.
El universo político español se fragmenta al aparecer nuevas fuerzas políticas que llegan con clara intención de quedarse, e incluso arraigarse aún mas en la conciencia ciudadana, como es el caso de Podemos y Ciudadanos. Esta última se convierte en la tercera fuerza política municipal. Además, hay un conjunto de fuerzas sociales, movimientos de izquierda radical así como nuevos movimientos regionales contestatarios que irrumpen en la escena política, como es el caso en Barcelona y en Galicia.
Todo lo anterior nos permite asomar rápidamente unas primeras conclusiones:
a) El PP se desploma pero sigue siendo el primer partido español.
b) El PSOE no obtuvo los resultados que esperaba y tendrá que trabajar mucho para convencer a los ciudadanos que representa una alternativa real de poder al PP, en las elecciones parlamentarias que han de tener lugar, casi seguro, en la primera quincena del próximo mes de diciembre.
c) El bipartidismo, que ha dominado la escena política durante casi todo el período democrático español se deteriora severamente al pasar del 65%, que representaba en el 2011 –incluso se puede decir que desde 1991-, al 52% en el día de hoy.
d) Podemos y Ciudadanos llegaron para quedarse y para disputar la Presidencia del gobierno, muy especialmente Podemos.
e) Los españoles votaron tomando en cuenta los escándalos sobre la corrupción que han dominado el debate público durante los últimos años. Igualmente, porque un número muy importante de españoles sigue sufriendo el paro y los nefastos efectos de la crisis económica.
f) Profundamente relacionado con la anterior está la actitud asumida por el PP de insistir en haber salido de la crisis y por tanto no escuchar las demandas de los ciudadanos. Ciertamente los datos macroeconómicos son positivos y señalan que se va por la senda correcta pero aún falta mucho y muchos años para que la crisis se supere, particularmente cuando el entorno europeo aún sigue siendo frágil. Además, hay que rescatar las políticas de bienestar social que tanto bien trajeron a la sociedad española en su conjunto.
g) España entra en un nuevo ciclo político en el que prevalecerá el diálogo entre los distintos partidos para poder gobernar, lo que se traducirá en consensos y pactos. Hay que observar con atención todo el proceso negociador que se llevará a cabo durante las próximas semanas y hasta mediados de junio, y será a partir de ese momento que se sabrá quiénes y con quién gobernará en las comunidades y municipios.
h) Importantes ciudades como Madrid y Valencia, en las que el PP gobernó durante los últimos 24 años pueden pasar a ser gobernadas por alcaldes de izquierda.
i) Barcelona cae en manos de la izquierda, lo que se traduce en una gran derrota para el nacionalismo soberanista de Artur Mas a pesar de que su partido Convergencia y Unión fue el mas votado en Cataluña.
j) La cohabitación se hará presente en algunas regiones como es el caso de la Comunidad de Madrid, donde la presidencia seguirá en manos del PP y la Alcaldía de Madrid que pasará a manos de Ahora Madrid, formación que lidera la jueza Manuela Carmena y que está integrad por un conjunto de fuerzas sociales pero entre las que destaca la presencia de Podemos.
La principal conclusión es que la democracia española sale fortalecida de este proceso electoral pues existe alternancia, renovación y aparición de nuevos actores políticos, elementos esenciales de cualquier democracia. Además, el diálogo, elemento fundamental de la democracia y la convivencia en paz, se hará mas presente y necesario que nunca en una España con un espectro político bastante fragmentado.
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