miércoles, 23 de marzo de 2011

El destructor de la FAN
Talcual

La reforma de la Ley de las Fuerzas Armadas venezolanas decretada por el presidente Hugo Chávez "desprofesionaliza" el oficio militar al dar más protagonismo a la milicia, grupo civil que se está convirtiendo en el "brazo armado del gobierno", criticaron expertos.

El martes, Chávez, haciendo uso de los poderes especiales para legislar que tiene desde diciembre y hasta mediados de 2012, promulgó un decreto que modifica 48 artículos de esta ley, reformada por cuarta vez en cinco años.

"Es una forma más de destruir el profesionalismo de nuestros militares. Chávez considera que este profesionalismo compromete su poder político y su objetivo es seguir debilitando a las Fuerzas Armadas para controlarlas lo más posible", declaró a la AFP el ex ministro de Defensa, Fernando Ochoa Antich.

Entre los artículos que se modificaron destaca el que estipula que pertenecen a la Milicia Bolivariana quienes "sin ejercer la profesión militar manifiesten voluntariamente" su deseo de ingresar en la milicia, en la que podrán desempeñar funciones militares hasta llegar incluso a oficiales, un rango hasta ahora inexistente.

"Significa entregar las armas de manera permanente a un cuerpo de civiles que no es parte de la profesión militar (...) Como la milicia depende directamente del presidente esto es el más férreo y sólido impulso a la constitución de una guardia pretoriana", denunció Rocío San Miguel, responsable de Control Ciudadano, ONG que vela por la transparencia de la defensa nacional.

En 2009, en el aniversario de un golpe de Estado militar frustrado que lo sacó del poder durante dos días, Chávez creó oficialmente las milicias y las definió como el "pueblo en armas".

Este nucleo armado depende directamente del presidente, comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, participa a menudo en actos con el jefe de Estado y su misión es "entrenar, preparar y organizar al pueblo para la Defensa Integral".

Posteriormente, la milicia pasó a ser considerada un componente más de las Fuerzas Armadas, junto al ejército de aire, tierra y mar, y la Guardia Nacional.

"Esta reforma viola la Constitución y la milicia se consolida como brazo armado de la revolución", agregó San Miguel.

"La palabra milicia no está en la Constitución. Las Fuerzas Armadas en Venezuela pasan a ser una política de gobierno y no una política de Estado como debiera ser", corroboró Raúl Salazar, primer ministro de Defensa de Chávez en 1999.

Ningún responsable gubernamental se pronunció con respecto a esta ley hasta ahora. Según la agencia de noticias oficial AVN, el fin de esta reforma es "lograr la mayor eficacia política y calidad revolucionaria en la construcción del socialismo".

"La reforma afianza el funcionamiento de la milicia y aumenta la dependencia del presidente de la República en la toma de decisiones de las Fuerzas Armadas. Hay una creciente politización, una militarización, una noción de pueblo armado", explicó Salazar.

Chávez recibió sus prerrogativas legislativas de parte del antiguo Parlamento venezolano, que estaba dominado por el oficialismo hasta enero, cuando la oposición pasó a ocupar 40% de los escaños.

Estos poderes extraordinarios para legislar servirían al jefe de Estado para atender la emergencia generada por las lluvias de finales de 2010, que dejaron 130.000 damnificados.

"Pero ahora, el presidente viola la ley que lo habilita para legislar. Esta ley no es para cubrir emergencias sino que modifica la estructura y la función de la Fuerza Armada para avanzar hacia su desprofesionalización y politización", denunció San Miguel.

Según Ochoa Antich, hay un gran "descontento" y "malestar" en las Fuerzas Armadas, compuestas por un total de 117.000 personas, debido a las últimas disposiciones decretadas por el Ejecutivo.

"Pero una ley no cambia la mentalidad del militar profesional venezolano. Cuando ellos claman 'patria socialista o muerte' no lo sienten. Yo los conozco muy bien", concluyó Ochoa Antich.


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