martes, 22 de marzo de 2011

La absurda bazofia del sistema cambiario actual de las lumbreras chavistas
HERBERT HUDDE | EL UNIVERSAL

En Venezuela, dado que el Gobierno dispone de algo así como el 90 % de las divisas que entran al país, y como éstas son manejadas por el BCV, ha sido siempre ese organismo, por supuesto en coordinación con (y ahora descaradamente dirigido por) el Gobierno, el que ha establecido la tasa de cambio, que también siempre, ha estado referida al dólar americano.

Esto lo ha hecho el BCV a través de diversos mecanismos. Antes del viernes negro el cambio era fijo a Bs/$ 4,30 con completa libertad para comprar y vender divisas. Ese sistema y ese cambio se mantuvieron así por muchos años gracias al petróleo y a que no había inflación. Desde el viernes negro en adelante y hasta Chávez, predominó un sistema de cambio flotante, con una tasa de cambio supuestamente fijada por el mercado, pero en realidad controlada la mayor parte del tiempo por el BCV (ya que el mercado se colocaba a como éste lo vendía, debido a que suministraba casi la totalidad de los dólares; y solo cuando se le acababan las reservas al BCV, el cambio se le iba de las manos y ocurrían las megadevaluaciones), y también con completa libertad para comprar y vender divisas. Este sistema fue el utilizado por todos los gobiernos desde Luís Herrera hasta los primeros años de Chávez, con la excepción del período en que Caldera estableció un control de cambios (CC), que tuvo dos etapas, una con cambio a Bs/$ 170 y otra a 290; sin embargo, ese CC coexistía con un mercado libre, supuestamente ilegal, pero en el que se actuaba, en la práctica, con total libertad.

Conviene mencionar que, a diferencia de la mayoría de los países, que tienden a subvaluar sus monedas para hacer más competitivas sus exportaciones, en Venezuela todos los gobiernos han sobrevaluado el bolívar (nunca he entendido por qué ni para qué; devaluar ha sido aquí una raya), lo cual han podido hacer gracias al chorro de petrodólares, pero con ello han obstaculizado el desarrollo de la economía no petrolera del país, porque con un bolívar sobrevaluado es más barato importar que producir aquí.

Como es archisabido porque se ha demostrado hasta la saciedad, los CC constituyen una traba nefasta para el desarrollo de los países (no voy a entrar aquí en esto porque ya lo hice en artículos anteriores), pero como Chávez y sus lumbreras, en esta materia (y en muchas otras; mejor dicho, en todas) no hacen otra cosa sino poner siempre la torta más gigantesca, ese fue el sistema que escogieron en febrero del 2003 cuando se presentó una acentuada disminución de las reservas, debida a una fuerte fuga de capitales, y establecieron el CC, con un cambio a Bs/$ 1.600. A pesar de que en teoría estaba prohibido comprar y vender divisas, en la práctica ello se hacía tranquilamente porque había los mecanismos para hacerlo sin ningún problema (compraventa de acciones de Cantv, permuta de bonos, etc.). Por supuesto, había otras formas mejores de haber manejado la situación, pero como nunca pegan una ni con cola, las lumbreras escogieron, esta vez no la peor, sino casi la peor, de las soluciones. ¿Por qué casi la peor, y no la peor? Porque, aunque con ciertas complicaciones, había libertad para comprar y vender divisas, y así, entre otras razones, un productor que no podía obtener divisas a través de Cadivi para comprar insumos a fin de producir algo, a través del mercado libre lo podía hacer tranquilamente. Este sistema continuó, con varias modificaciones de la tasa de cambio, hasta mediados del 2010, en que se eliminó totalmente la posibilidad de comprar o vender divisas en un mercado libre, y se estableció lo del Sitme con un férreo CC, que mete en la cárcel a los que compran o venden divisas. Cabe resaltar que las lumbreras cometieron, además de la burrada de instaurar un CC perfectamente evitable, tres grandes burradas: 1) mantener el cambio súper sobrevaluado a Bs/$ 2,15 durante cinco años, lo cual condujo a la quiebra a numerosas empresas, 2) la práctica absurda, idiota y criminal de vender bonos en dólares cobrándolos en bolívares, con que le abarataron el dólar y le regalaron 20.000 millones de dólares a sacadores de divisas, sin ningún resultado, pues el dólar se puso otra vez igualito que como estaba (je je, ¿ven qué geniales, qué maravillosas lumbreras son estos muchachos?), y 3) la eliminación total del mercado libre legal.

¿Qué tenemos ahora? Pues como siempre desde que mandan Chávez y sus lumbreras, lo peor de lo peor, lo más torpe y nefasto que pueda haber. Veamos: primero, el que compre o venda más de $20.000 en un año, va preso, así que si una empresa necesita dólares para adquirir insumos (materias primas, maquinarias, etc.), que no pudo obtener por Cadivi o el Sitme, no puede obtenerlos en un mercado libre, so pena de que encanen a sus directivos, y deja de producir bienes y servicios que beneficiarían al país, mientras que los demás sacadores de divisas, siguen sacándolas muertos de la risa, porque para ellos es mucho más fácil evadir la ley y comprar dólares en el mercado negro. Por otra parte, está lo de la tasa de cambio: en ambos lados de la frontera con Colombia circulan el peso y el bolívar, y con la tasa de cambio bolívar/peso queda claro cuál es la cotización implícita del dólar en esa zona. Ese mercado fronterizo bolívar/peso es prácticamente un mercado del tipo que los economistas denominan de competencia perfecta, por lo que es un mercado muy transparente, y esa cotización implícita del dólar es el precio aproximado al que se cotizaría el dólar en Venezuela si el mercado fuera libre y no hubiese intervención del BCV. Así que la sobrevaluación actual del bolívar, es de un poco más del 100%, una barbaridad. Como dije, en Venezuela el bolívar ha estado siempre sobrevaluado, pero nunca en las magnitudes a que lo han llevado las lumbreras.

Resumiendo, ¿qué es lo que tenemos? Pues una perfecta bazofia. ¿Por qué? Pues por varias razones, siendo las tres más importantes las siguientes: 1) Se entraba al aparato productivo, mientras que los gobiernos inteligentes más bien lo estimulan y le facilitan las cosas, 2) (y esto es lo peor), con esa brutal sobrevaluación del bolívar se está condenando al aparato productivo (el corazón de toda economía) a no sólo no poder exportar, sino a quebrar, y 3) los ladrones y demás sacadores de divisas las siguen igualito (según una reseña de El Nacionaldel 02-03-2011, en el 2010 se fugaron más de 19.000 millones de dólares, con todo y la amenaza de cárcel para los que lo hagan). ¿Ven ustedes lo torpe (por no calificarlo con las palabras adecuadas, porque me pueden acusar de vilipendio) del sistema cambiario de las dichosas lumbreras que tenemos manejando al país? ¡En qué manos estamos, Dios mío! ¿Cuándo irán a hacer una, aunque sea una solita, bien hecha?

Y, según insisten Esteban y sus ilustres lumbreras, ¡vamos camino de ser una súper potencia económica! Ja; amigos lectores, no se vayan a orinar de la risa; por favor respeten a nuestros prohombres.

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