¿”PROTECTORES” DE QUÉ? ¿FRENTE A QUÉ?
Emilio Nouel V.
La nueva modalidad de funcionario público que el cerebro oficialista
venezolano ha producido es la de “Protector” de un estado o de una ciudad.
Antes de tratar de adivinar de qué se trata el cargo de
marras, llama, en primer lugar, la atención el término empleado.
Si mal no recuerdo, en tiempos de la conquista y la colonia llamaban así a los encargados de
tutelar a las tribus indígenas, consideradas por lo españoles, como se sabe, en
capitis diminutio, es decir, torpes e
inútiles, incapaces de gobernarse por sí mismas, habida cuenta de su atraso
cultural, su bajo nivel en términos de civilización.
Eran los indios como unos niños que debían ser llevados de la
mano, orientados, en definitiva, protegidos, por el encomendero. Las Leyes de
Indias, ante los abusos de éste, crearon la figura de un Protector especial que
además representaba a los indios ante la administración de justicia de
entonces.
Ahora, vemos en pleno siglo XXI, aparecer de nuevo la figura.
Sólo que después de unas elecciones municipales, y como premio de consolación
para unos candidatos que fracasaron en la justa. Curiosa medida ésta. Se recompensa al
perdedor, en abierta afrenta, desafiando el veredicto democrático, a lo
Jalisco, irrespetando la opinión mayoritaria, todo muy propio de déspotas.
En el fondo, la utilización de ese término delata una
perspectiva que ve a la población del mismo modo que veían los conquistadores a
los indios, como incapaces de resolver los asuntos de la política y de la
administración de la ciudad, de allí que pretendan colocarle por encima un
“protector”, en este caso, violando, además, la ley vigente.
Yendo ya al contenido de esta “protección”, uno se pregunta
en qué consistirá. Y ésta no puede ser interrogante más pertinente, sobre todo,
cuando observamos la performance desastrosa del gobierno. Que todo lo que hace,
todo lo que toma, público o privado, lo demuele, lo hace inservible.
En los servicios públicos, en la economía en general y en las
empresas que expropia, sabemos que la eficacia, la productividad y la
competitividad están ausentes. En su ideología demencial, esos principios no
caben, son anatemas. Por allí, con seguridad, no van los tiros de la
“protección”.
¿A quién van a “proteger” entonces? ¿De quiénes? ¿Qué peligros deberá conjurar el “Protector”
en cuestión? Y ¿para qué?
No me queda la menor duda de que lo que se quiere proteger es
una revolución chapucera comandada por incompetentes y corruptos, cuyo objetivo
es permanecer en el poder hasta que les venga en gana.
Estoy seguro también de que se quiere “proteger” de los
ciudadanos que en esos estados, mayoritariamente, se pronunciaron en contra de
unas políticas gubernamentales (centrales, regionales y municipales) catastróficas
y una conducta arbitraria que a diario viola la Constitución y las leyes de la
República.
Este “Protector”, al que le transfieren competencias e
ingentes recursos, además de constituir un desprecio a la voluntad expresada
por los electores de esos estados o ciudades, es una pieza más del entramado
autoritario que ha venido estructurando el chavismo, para desinstitucionalizar
y caotizar el país, y vaciar de sus contenidos esenciales a la democracia
venezolana.
EMILIO NOUEL V
@ENouelV
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