EL CHAVISMO Y EL BOKO HARAM
No me extrañaría que de un momento a
otro en la Asamblea Nacional de Venezuela, por el sólo hecho de que es
antioccidental la secta islamista fundamentalista-terrorista Boko Haram de
Nigeria, secuestrador de 270 niñas para adoctrinarlas, violarlas, esclavizarlas
y venderlas como si fuera ganado, se promueva un acuerdo de apoyo a estos
salvajes.
Lo hicieron con los carniceros
Gadafy, Mugabe y Al Assad ¿por qué no sería lo mismo con Abubakar Shekau, el
líder de esta banda enloquecida, si al fin y al cabo es un indeseable del tipo
que veneran los bárbaros que mandan en nuestro país?
Los extraviados chavistas han
demostrado ser simpatizantes de toda expresión politica que signifique rechazo
a los valores de libertad y democracia universales. Coincidencialmente, no hay
un solo movimiento político celebrado por las hordas rojas que no sea cultor de
la violencia. No hay creencia política disparatada en el mundo que no
goce de su aval y amistad. Hamas, Hezbolá, FARC, los ayatolas, los colectivos
paramilitares venezolanos y ETA, son sólo algunos de los más notorios iconos
del altar de la revolución bolivariana.
Basta que un grupo de estos se oponga
a EEUU, Europa o a la democracia liberal occidental para que ya sea digno de
todo crédito revolucionario.
Con los argumentos de un mal
entendido multiculturalismo, del soberanismo absoluto o del anti-imperialismo,
no pocos chavistas se convierten en defensores de esas manifestaciones de brutalidad,
oscurantismo y autoritarismo asesino, que pretenden retornar a la humanidad a
estadios que creíamos ya habían sido dejados atrás por el progreso
civilizatorio del ser humano.
Bien lo ha dicho el filósofo francés
André Glucksmann. A medida que el comunismo como ideología ha ido en declive,
aparecen variadas creencias mortíferas de recambio, que en esencia son lo mismo.
Recuerda que el terrorismo masivo es práctica común de grandes y pequeñas
ideologías contemporáneas. El filósofo se pregunta: “¿Qué tienen en
común el hombre de hierro bolchevique, la SS nazi, el khamer rojo, el loco por
Dios en versión islamista, el loco por su raza en versión hutu, el asesino
xenófobo serbio o el coleccionista de orejas chechenas?”. Y la
respuesta es que comparten unánimemente la seguridad de creer que todo les está
permitido. Que tienen derecho a imponer a quien sea doctrinas, religiones y
políticas. El pluralismo político y de las ideas es un lujo, una conducta
decadente de Occidente que debe ser suprimido.
Mientras estos grupos inspirados en
creencias irracionales no sean combatidos con firmeza y determinación por la
Comunidad Internacional, armada ésta del Derecho, el mundo seguirá presenciando
estas salvajadas que golpean la conciencia de todos.
Venezuela no está a salvo de esta
grave amenaza mundial. Desde el poder se fomentan y alimentan grupos políticos
armados ideologizados, que junto a los grupos de represión estatales, cometen
impunemente tropelías de diversa naturaleza y pretenden forzarnos a una educación
modelada de acuerdo a una visión autocrática y aberrante. Lo hemos visto, sobre
todo, en los meses recientes. Los derechos humanos han sido pisoteados sin
miramiento alguno. Asesinatos, torturas y vejaciones, como no se veían hace
muchas décadas. Y en esos atropellos han jugado papel importante sectores
organizados que como el Boko Haram nigeriano están inspirados en ideologías
destructivas y nefastas para la cualquier convivencia social pacífica.
Que no nos extrañe, pues, que unos
impresentables diputados, que no se ocupan de lo que deberían ocuparse, salgan
a enaltecer la conducta monstruosa de la secta nigeriana, a cuenta de que son
anti-occidentales.
EMILIO NOUEL V.
@ENouelV
emilio.nouel@gmail.com
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