El diálogo en Venezuela se aboca al fracaso por la retirada de la oposición
El diálogo entre gobierno venezolano y la oposición que comenzó en abril como respuesta a las protestas estudiantiles y ante la magnitud de la crisis política y socioeconómica del país, está al borde del fracaso. Este martes, el secretario ejecutivo de la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Ramón Guillermo Aveledo, declaró “congelado” el proceso de diálogo y anunció que la delegación de la oposición dejará de asistir a las reuniones en señal de protesta por lo que llamó el “estancamiento” de las conversaciones.
“Para una situación en la que hay que mantener una apariencia de diálogo no estamos disponibles”, acusó Aveledo durante una rueda de prensa en Caracas, en la que también denunció la “represión desmedida” por parte del Gobierno hacia los manifestantes. “Si el Gobierno quiere que nos volvamos a sentar, que dé muestras de ello”.
Queda así en manos de la troika de ministros de Relaciones Exteriores de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), que atestigua el diálogo junto al Nuncio Apostólico en Caracas, la tarea de rescatar del desahucio un proceso por el que ninguno de los actores ha apostado gran cosa y del que, por lo tanto, solo se han producido resultados tan escasos como magros.
Esa frustración parece quedar registrada en unas declaraciones de la canciller colombiana, María Ángela Holguín, este martes en Bogotá y que el jueves próximo coincidirá en la capital venezolana con sus colegas de Brasil y Ecuador en un esfuerzo por reanimar las conversaciones. De acuerdo a la diplomática, a las conversaciones entre los representantes de las partes en conflicto les habría llegado la hora de los resultados. “Le hemos dicho mucho al Gobierno venezolano que tratemos de avanzar para que la gente crea en el diálogo en Venezuela”, dijo.
Sin embargo, los deseos de la jefa de la diplomacia colombiana tienen que enfrentarse a los obstáculos de una realidad hostil. La falta de resultados abona el escepticismo que desde el principio guarda buena parte de la opinión pública venezolana. El Gobierno de Nicolás Maduro, por su parte, solo da señales de que cuenta con el diálogo para poco más que mejorar su imagen internacional, apaciguar los arrestos insurreccionales de la oposición y, sobre todo, ganar tiempo.
El mismo gesto del opositor Aveledo estaría tratando de salvar la cara a la MUD y de preparar para la alianza opositora una salida decorosa de un compromiso que, hasta el momento, solo le ha reportado desmedros. Desde el principio del diálogo, sectores de la oposición se apartaron de la decisión de la MUD de sentarse a conversar con el chavismo. Acusaron a los dirigentes de la Mesa de hacerle el juego a la táctica dilatoria del Gobierno y hasta denunciaron que era una muestra de colaboracionismo. Ahora que la evolución de los hechos parece darle la razón a esas voces críticas y ha expuesto las fracturas internas de la oposición, los responsables de la MUD parecen querer enmendar el rumbo.
Las protestas estudiantiles en Venezuela ya cumplen cuatro meses y no parece que amainen. Al contrario, han cobrado nueva fuerza desde que el jueves pasado una redada de los cuerpos de seguridad detuvo a cientos de jóvenes estudiantes y desalojó en Caracas cuatro campamentos de tiendas de campaña en los que pernoctaban. El movimiento estudiantil ha convocado para este miércoles una gran marcha que partirá desde la Plaza Brión de Chacaíto hasta la sede de la Fiscalía General de la Republica, en el centro de Caracas.
El Gobierno venezolano no ha cejado, entre tanto, en su empeño por asfixiar a gas y fuego la rebelión en las calles, que suma ya 42 muertos y 700 heridos. La violencia en Caracas se ha enseñoreado durante los últimos días en el barrio de Los Palos Grandes, una urbanización de clase media alta. Hace una semana, un agente de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) cayó muerto en ese sector por un disparo de un presunto francotirador.
Se han reactivado focos rutinarios de desórdenes en Caracas, como Altamira y Santa Fe, así como en otras ciudades del interior del país.Desde la arremetida represiva del jueves pasado, decenas de jóvenes enfrentan juicios por diversos delitos, mientras que otros compañeros fueron liberados bajo régimen de presentación ante los tribunales.
El influyente número dos del chavismo y presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello –quien se ha mantenido a distancia del diálogo con la oposición- atribuyó este lunes en su programa semanal de televisión las manifestaciones a una trama conspirativa a la que vinculó a más de una decena de directivos de organizaciones no gubernamentales, a los líderes políticos Antonio Ledezma y Enrique Mendoza, y a cuya cabeza puso a Klaus Schwab, creador del Foro Económico Mundial de Davos, Suiza.
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