El Día de las Madres……..
Pedro Luis Echeverria
El país celebró el Día de las Madres,
pero lo hizo con dolor. Ese día se hizo presente la solidaridad humana con las
madres de hijos asesinados, desaparecidos, detenidos, torturados y vejados por
la vesania gubernamental y el hampa común. Fue un día lleno de lágrimas,
nostalgias, tristezas, rabia e impotencia. Desde hace 15 años, en Venezuela,
esa celebración conjuga la alegría del reconocimiento al inmenso amor y entrega
de las madres a sus hijos, con el dolor
que éstas padecen por las crueles vicisitudes que actualmente afectan a sus
hijos. El régimen que se autoproclama hacedor de la mayor suma de felicidad
posible, con sus despropósitos irracionales, es el responsable de muchas
muertes y desolación y del lúgubre y tenebroso ambiente de represión y tortura
que hoy ensombrece la vida del venezolano.
El régimen, con sus insensatas
acciones recientes, ha provocado el recrudecimiento de la protesta callejera y el
enfrentamiento entre disidentes y las fuerzas represivas, regulares e
irregulares, de las que se vale el gobierno para atemorizar y disuadir, sin
contemplaciones, a los que protestan. El gobierno, desesperado por el creciente
rechazo de la opinión pública a su gestión trata de evitar que sus falencias y
equivocaciones queden al desnudo y que éstas se conviertan en la matriz de
opinión negativa que le corroa el cada vez más precario apoyo popular y lo conduzca al desastre político y a una
solución constitucional que recorte la duración y vigencia de su mandato. Este inepto régimen levanta a diario
cortinas de humo para ocultar la terrible realidad que el país se consume por
la negligencia y la falta de visión gubernamental. Esa cortina de humo
pasa por el desarrollo de una estrategia contra sus oponentes absolutamente
represiva, violadora de las leyes, abusiva, desconocedora de los derechos
humanos y con el ejercicio de la coacción y el dominio hegemónico con miras a colocar
a la oposición en la disyuntiva de evaluar la pertinencia de la continuidad de su
participación en el diálogo con el régimen militar-cívico del madurismo. Si la oposición
sucumbe ante ese provocador ardid gubernamental será descalificada y acusada de desestabilizadora por el régimen
el que, con ello, procurará encontrar un segundo aire a su muy magullada
“perfomance” como gobernante.
Los tiempos que se avecinan estarán signados por la violencia, la
intransigencia y la confrontación. La acción del régimen fundamentada en un
discurso de exclusión y odio, es una de las estrategias que ha venido
utilizando contra los disidentes. La violencia institucional del gobierno al
causar el cierre deliberado de las instancias a las que se podría acudir en demanda de justicia y el alevoso acoso a
los opositores y sus dirigentes, forjado en la penumbra de la perversidad y basado en la mentira y en
indicios de dudosa veracidad, evidencian
el endurecimiento del contenido del discurso político que acentúa las
diferencias: por un lado la disposición de los opositores a actuar con mayor
decisión y audacia, compelidos por la actitud gubernamental y por el otro; las
acciones violentas e ilegales de los
grupos de apoyo al gobierno, que son realizadas impunemente con la complicidad
de las autoridades de las instituciones públicas y exacerbadas por la
dirigencia del aquelarre “revolucionario”.
La sociedad no puede permitir que
sean la violencia, la confrontación y la subversión social la única salida
política que le queda a la oposición frente a las inaceptables pretensiones del régimen actual
de conculcar los derechos básicos a la vida, la libertad y la dignidad. No se
debe tolerar que el gobierno acose a la oposición, por pretender cambiar democráticamente el
estado de cosas que vive el país. Todos tenemos derecho a participar, nadie
debe ser excluido y menos si la exclusión obedece a que no coincidimos con el
totalitarismo del pensamiento oficial.
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