La aventura, el riesgo, la audacia. Palabras de Vargas Llosa sobre Teodoro Petkoff
“El periodismo es una aventura y, a menudo, una aventura peligrosa
para los que aman y defienden la libertad”. Nadie mejor que Teodoro
Petkoff encarna el espíritu de estas palabras pronunciadas este
miércoles por el premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa. Un
oficio que implica también aventura, riesgo y audacia, cualidades
reconocidas, según el escritor peruano, a lo largo de la historia de los
Premios Ortega y Gasset, y que adquieren una especial relevancia en
sociedades en las que los sistemas de censura, más o menos explícitos o
disimulados, impiden el libre ejercicio de esta profesión. “Teodoro está
dando una durísima batalla en una dictadura que va cerrando espacios de
libertad”, dijo Vargas Llosa en su discurso en la ceremonia de entrega
de los galardones que concede EL PAÍS.
El autor de El héroe discreto repasó la extraordinaria
trayectoria de Petkoff, hijo de búlgaro y polaca, que fue comunista,
guerrillero y hombre de acción. “El caso de Teodoro es muy parecido al
de Malraux y Orwell. Aunque no sea un creador, es un hombre de
pensamiento y acción que ha sido capaz de mostrar distancia con la
acción que él mismo protagonizó. Se hizo comunista, como tantos jóvenes
que pensaron que el comunismo era el instrumento para salir del
subdesarrollo, la injusticia y las desigualdades. Y se hizo luego
guerrillero para seguir la gesta de los barbudos como Fidel Castro”,
evocó Vargas Llosa, que elogió la grandeza de Petkoff, un hombre que
supo distanciarse de ese pasado y también del MAS, (Movimiento al
Socialismo) que el mismo fundó, cuando este partido apoyó al comandante
Hugo Chávez en la primera elección como presidente, “cuando este
caudillo parecía a ojos de muchos venezolanos que era el hombre que les
iba salvar de la corrupción, el caos, el desorden y la violencia”.
Petkoff ha demostrado grandeza y lucidez al abandonar la rigidez
dogmática de una izquierda totalitaria y rechazar el “caudillismo” de
Chávez, siguió Vargas Llosa. “Se empeñó en señalar que no era un
movimiento popular y progresista, sino que venía de una vieja tradición
del caudillismo populista, militarista y demagógico, de trágicas
consecuencias en la historia de Latinoamérica, algo que muy pocos vieron
al comienzo del chavismo”. El premio reconoce también a esos millones
de venezolanos que “ahora sí se enfrentan al chavismo a pesar del acoso
terrible y la arbitrariedad, con atropellos cotidianos, cárceles,
torturas y asesinatos”.
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