TEODORO PETKOFF
Carlos Canache Mata
El país recibió
con pesar la noticia de la muerte de Teodoro Petkoff, acaecida el pasado 31 de
octubre. Fue un intelectual, un pensador político, un hombre de acción. No
evadió los riesgos del quehacer de la
lucha política y asumió con valentía las rectiificaciones ideológicas que juzgó
necesarias.
Cuando el 21 de agosto de 1968 las tropas
del Pacto de Varsovia, encabezadas pos las de la Unión Soviética, invadieron y
ocuparon a Checoeslovaquia, Petkoff, siendo “todavía” militante del Partido
Comunista de Venezuela (PCV), empezó a escribir el libro “Checoeslovaquia, El
socialismo como problema”, que publicó el año siguiente, en el cual condena esa
operación militar que puso fin a la apertura democrática conocida con el nombre
de “Primavera de Praga”, liderada por Alexander Dubcek. Su militancia en el
PCV, como lo reconociera en una edición posterior del libro, condicionó el
texto, para no colocarse demasiado “fuera de la ley”. Sin embargo, eso no
impidió que, en una reunión interna de su partido, comparara esa invasión con
la que en 1965 los Estados Unidos había
realizado en Santo Domingo y solicitó que el PCV la rechazara. Estaba
consciente de que esa soliicitud “equivalía a que, en un Concilio de
Cardenales, a alguien se le ocurrierra poner en duda la santidad de la Virgen
María” (Solo los Estúpidos no cambian de opinión, Alonso Moleiro, pág.128,
Libros Marcados). Brezhnev, en su informe al XXIV Congreso del Partido
Comunista de la Unión soviética, llamó “hereje” y “renegado” del comunismo a
Petkoff, junto con el francés Roger Garaudy, los disidentes italianos de Il
Manifesto y el austriaco Ernest Fischer.
Sobre la lucha armada en Venezuela, que
había sido aprobada en abril de 1961 por el III Congreso del PCV, Petkoff, que
participó en frentes guerrilleros de Falcón y Lara, tuvo posteriormente
diferencias con su partido, y en “Proceso
a La Izquierda”, publicado en 1976, se refiere a la falsa conducta
revolucionaria. En el libro-entrevista de Moleiro, ya citado, Petkoff señala
que “nos hemos alzado contra un gobierno democrático, votado abrumadoramente,
con un sistema de libertades públicas, inédito, que es un juguete nuevo para
los venezolanos” y que “cuando en 1963 llamamos a la abstención, votó el 97% de
la población”, lo que “era un indicativo bastante claro”. Petkoff confiesa que “en 1965 ya yo tenía
serias dudas sobre lo que hacíamos”, surge la tesis del repliegue o de “la paz
democrática”, y anota que “la pacificación comenzó con Leoni: nosotros fundamos
el UPA (Unión Para Avanzar), una fachada electoral del PCV, que todavía estaba
ilegalizado, para ir a las elecciones”, habiendo sacado seis diputados en las
elecciones de 1968. Con el nuevo y primer gobierno del Presidente Caldera,
convencido de que “el PCV iba en serio con lo del repliegue”, se profundizó y
completó la pacificación con la legalización del PCV. Petkoff sostiene que el
período guerrillero “fue un error demasiado grave que no puede ser
reinvindicado en nombre de nada”. En enero de 1971 deja el PCV y funda el MAS.
En otro ajuste de cuentas que lo honra,
Teodoro Petkoff, en un artículo publicado en el diario Tal Cual del 27 de
febrero de 2008, refiriéndose a Rómulo Betancourt, cuyo centenario de su
nacimiento se había cumplido cinco días antes, resalta “el calado político y teórico,además del
coraje, de alguien que en los tiempos de la mayor gloria de la URSS se atrevía
a postular la necesidad de un partido de izquierda que no fuera tributario de
la gran potencia comunista, es más, que denunciara el totalitarismo”, añadiendo
que “colocó la primera piedra de un régimen democrático” y “fue uno de esos
venezolanos de los cuales el país puede sentirse orgulloso”.
Con Teodoro, partió un gran venezolano.
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