viernes, 30 de noviembre de 2018

La Economía




 








 
Eduardo Fernández

El remedio para enfrentar a la inflación y a la recesión se conoce: Disciplina fiscal y aumento de la producción y de la productividad. Para eso, hay una palabra clave: confianza. Un nuevo gobierno tendrá que derrotar a la inflación y a la recesión con disciplina fiscal y con aumento de la producción. Para eso, tiene que generar confianza.

Por culpa  de las políticas equivocadas del gobierno, la economía venezolana está enferma. Tenemos las dos más graves enfermedades que una economía puede sufrir: Inflación y Recesión. Gracias a la inflación hemos presenciado una devaluación grotesca de nuestro signo monetario, un costo de vida galopante, un envilecimiento de nuestro signo monetario y gracias a la recesión asistimos a un empobrecimiento del país y de cada una de las familias venezolanas.

Adicionalmente, la crisis económica se traduce en desabastecimiento, dificultad para conseguir los productos más esenciales para nuestra propia sobrevivencia y un desempleo creciente que explica la humillante migración de venezolanos hacia el exterior en busca de un destino mejor.

La catástrofe económica no puede haber sido peor. Paradójicamente, esa catástrofe se produce cuando gracias a la elevación de los precios del petróleo en los mercados internacionales, el estado venezolano recibió los más altos ingresos de la historia.

¿Dónde están los reales? Podríamos preguntarnos como lo hicimos durante la bonanza petrolera de los años setenta.

La respuesta es muy triste. Los “reales” se fueron por el desaguadero de la más grosera corrupción de la que tenga noticia la historia. Los reales se los llevó la corrupción. Al comienzo de esta aventura que representa el socialismo del siglo XXI advertí que esta sería una administración con muchísimo dinero, con poquísimos controles, y con absoluta inexistencia de escrúpulos morales.

El resultado está a la vista: hambre, miseria, pobreza, desolación, migración de familias enteras para el exterior y todo esto para que un grupo de “revolucionarios” y de favoritos del régimen hayan disfrutado de insolentes riquezas y de lujos inconcebibles. Es inmensa la indignación colectiva que esta situación produce.

A pesar de todo, la recuperación económica de Venezuela es posible y puede lograrse en un plazo relativamente breve.

El remedio para enfrentar a la inflación y a la recesión se conoce: Disciplina fiscal y aumento de la producción y de la productividad. Para eso, hay una palabra clave: confianza. Un nuevo gobierno tendrá que derrotar a la inflación y a la recesión con disciplina fiscal y con aumento de la producción. Para eso, tiene que generar confianza.

Seguiremos conversando.

Eduardo Fernández
@EFernandezVE

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