lunes, 27 de julio de 2009

ENTREVISTA A HEINZ DIETERICH


(AMBITO FINANCIERO)


Periodista: Desde diciembre de 2008 usted está anunciando la declinación del proyecto bolivariano. ¿Cuáles son los errores de Chávez?


Heinz Dieterich: En la relación entre presidente-partido-masas se descuidó el aspecto fundamental de la conciencia y organización política. Apenas ahora, 10 años después del primer triunfo electoral, se empieza a implementar la primera Escuela de Formación Política. En lo económico, ha habido una sobreestimación de la capacidad gerencial del Estado venezolano dentro del modelo keynesiano-desarrollista; una inadecuada política de precios administrativos, incluyendo el bolívar; un cier-to «laissez faire» frente a la inflación y una falla en la creación de sujetos popula-res de desarrollo macroeconómico.

En lo mediático, el discurso binario ha dejado de ser funcional; se presenta una sobresaturación mediática del Presidente y los tres contenidos discursivos (bolivarianismo, ética altruista, socialismo del siglo XXI) no se han fundamentado en la praxis, salvo algunos aspectos integracionistas. En lo político, la excesiva concentración del sistema en el Presidente y la continua debilidad de un centro político nacional son las principales debilidades.

P.: La actual reestructuración del PSUV (Partido Socialista Unido de Venezuela), con perfil militarista y 15.000 puestos rojos, ¿podría remontar esta declinación?

H.D.: No, tal como está planteado, no. Chávez necesita refundar el modelo de gobierno que le funcionó de 2003 a 2007, pero que es disfuncional para ganar las elecciones de 2010 y 2012. Modificaciones parciales y el habitual «modus operandi» del Gobierno, improvisación y «management by crisis» no serán suficientes.

P.: ¿Cómo y cuánto influye en Venezuela el traspaso de poder de Fidel a Raúl Castro en Cuba?

H.D.: Para aprender, siempre es conveniente debatir con gente de nivel extraordinario, comoFidel Castro o Noam Chomsky. Pero, en cuanto a los modelos de gobierno de Venezuela, éstos han sido desarrollados y decididos por Hugo Chávez. Los errores del modelo venezolano se deben a la falta de una vanguardia colectiva bolivariana, no a los gobiernos cubanos.

P.: ¿Puede Chávez revertir este proceso de declinación de su proyecto?

H.D.: Sí, todavía tiene la posibilidad de salvar el proyecto; pero para lograrlo tiene que reconocer que el bolivarianismo a nivel latinoamericano está pasando de una fase ascendente (ofensiva) a una fase de defensa estratégica, esencialmente por la legitimación de facto del golpe militar en Honduras por Obama. Dentro de Venezuela debe formar un gobierno de unidad nacional (sin los sectores golpistas) que le permita superar las deficiencias del modelo actual. Esto requiere un nuevo modelo de gobierno y un nuevo proyecto histórico.

P.: Pasemos a Honduras. ¿Cuánto influye la restitución o no del ex presidente Zelaya para el futuro del bolivarianismo en América Latina?

H.D.: No sólo el futuro del bolivarianismo, sino de la escasa democracia política y social que tenemos. Detrás del golpe están y vienen las oligarquías, el neoliberalismo y el terrorismo de Estado. De hecho, en El Salvador (amenazas de muerte a Radio Victoria) y Honduras ya han reaparecido los escuadrones de la muerte. Es decir, el golpe de Honduras no es una cuestión de ideologías, sino de vida o muerte de la democracia en América Latina.

P.: ¿Cuál es el rol de Brasil y de Lula en este juego estadounidense?

H.D.: El rol de Brasil, encabezado por Lula, es convertirse en potencia mundial y líder de América Latina. Lo segundo ya lo ha logrado. Brasil es el centro de gravitación de América Latina y ninguna iniciativa hemisférica de importancia que no tenga su beneplácito avanza. Todo lo que hace Venezuela, que ayude a ese proyecto histórico mundial-regional, será apoyado por Brasil. Todo lo que lo estorbe, será descuidado.

P.: ¿Cómo ve el papel de la Argentina y de Cristina de Kirchner en la crisis de Honduras?

H.D.: A la Argentina, como a Brasil, le tocaría presionar públicamente a Obama para que actúe contra los golpistas. Pero es demasiado débil. De por sí, después de haber gastado su capital político en el innecesario y suicida enfrentamiento con «la patria sojera», el Gobierno Kirchner no sabe si llegará a 2011. Por eso, no se atreverá a abrir un nuevo frente de conflicto.

Entrevista de Carolina Barros

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