lunes, 7 de septiembre de 2009

La caída de las ventas impacta a los pequeños comerciantes

El Universal, 7 de septiembre de 2009

En la Venezuela de septiembre 2009 las expectativas carecen de brillo, mayoritariamente vuelan a ras de tierra y el deseo recurrente es "cerrar tablas" o "ni-ni", una fase de la economía que el típico vendedor define como "ni gano ni le debo al banco". "Así de solo que provoca llorar se la pasa esto", es la frase que elige Luisana Caraballo para describir al centro comercial San Jorge en El Cementerio, zona emblemática para los pequeños comerciantes de Caracas. Los tiempos en que cada mes viajaba a Los Ángeles para traer ropa y venderla en pocos días han quedado atrás. Explica que el dólar en el mercado paralelo se disparó y no ha tenido más alternativa que incrementar el precio de los vestidos desde 140 hasta 240 bolívares fuertes, a lo que se suman factores como la delincuencia en los alrededores, "arrebatones de cartera que alejan a la gente". La consecuencia, añade, es una dramática caída de las ventas. "En agosto apenas vendí 8 mil bolívares, cuando el año pasado en un mes lograba vender 23 mil bolívares, el pago mensual que tengo que hacerle al banco por el crédito ahora me parece altísimo, tengo un atraso de un mes". La Superintendencia de Bancos registra que entre diciembre y julio los créditos con problemas de pago, es decir, reestructurados, vencidos y en litigio en el sector de los microempresarios, crecen 18,5% desde 226,8 millones de bolívares fuertes hasta 268,9 millones. Así, los préstamos en manos de microempresarios en mora, que en diciembre sólo representaban 5,3% del financiamiento total inyectado al sector, ahora equivalen a 6,7%. Juan Uslar, presidente de Bangente, un banco de desarrollo con presencia en El Cementerio y en todas las zonas populares de Caracas indica que "el año pasado tanto los microempresarios como nosotros asumimos que la población a la que ellos le venden, en gran medida beneficiada por los planes sociales, no se vería afectada por el impacto que podía tener la crisis internacional, así que se otorgaron más créditos". "La morosidad actual viene de préstamos entregados en 2008. Hay que resaltar que las ventas también le han caído a los comerciantes del interior que son los que compran al por mayor en el mercado de El Cementerio", dice Juan Uslar, quien también incluye en la lista de problemas que "la construcción del BusCaracas ha dificultado el acceso a la zona". El presidente de Bangente indica que ahora hay más cautela al momento de evaluar las solicitudes de crédito, pero el nicho de los microempresarios es poco atendido por la banca tradicional, lo que se traduce en que siempre existe una gran demanda de financiamiento. La alternativa a la banca de desarrollo son prestamistas informales que cobran una tasa de interés exorbitante de 20% mensual y dividen el préstamo en cuotas diarias que religiosamente deben ser entregadas a un emisario. Ingredientes caros En el mercado La Hormiga, donde se encuentran los buhoneros desalojados para permitir el paso del BusCaracas, Iván Pérez relata que las ventas mensuales de dulces y tortas se le han reducido 20%. "Tuve que subir los precios, un quesillo que costaba 5 bolívares ahora lo vendo a 7 bolí- vares, pero es que el costo de la leche condensada, los huevos, todo ha aumentado muchísimo, por ejemplo, la gelatina sin sabor de 26 bolívares el kilo pasó a 120 bolívares y la única manera de conseguir azúcar es en el mercado negro", explica y subraya que "yo no puedo ir a Mercal, tendría que hacer una larga cola para comprar apenas dos laticas de leche". El Banco Central precisa que en los últimos doce meses el precio de los alimentos y las bebidas no alcohólicas en Caracas experimenta un alza de 27,7% y al contrastar el segundo trimestre de 2009 con el mismo período de 2008 el poder de compra del salario retrocede 8,3%. En este entorno, el consumo comienza a contraerse y la actividad del comercio sufre un fuerte declive de 6,5% en el segundo trimestre. Las perspectivas no son claras. El precio del petróleo ha repuntado y el Gobierno contará con recursos para incrementar el gasto en el último trimestre del año con lo que habría más dinero en circulación y las ventas de los pequeños comerciantes recibirían oxígeno. No obstante, analistas sostienen que una inyección de dinero en momentos en que la producción se ha contraído y no hay una entrega fluida de dólares para importar se traduciría en escasez e inflación.

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