viernes, 25 de septiembre de 2009

La revolución toma viagra

ARGELIA RÍOS.


Es verdad, la revolución está envejecida: sus logros han perdido lustre. Barrio Adentro -emblema de un momento de brillo- terminó convertido en el ícono de la decadencia que envuelve al Gobierno. Sin embargo, después de mucho pensarlo, Chávez acaba de ordenar la inauguración de la verbena electoral. "Por ahora" pretende enfrentar el desafío de las parlamentarias. Si las cosas le salen mal, no le temblará el pulso para cambiar el rumbo. Entretanto, todo debe moverse hacia allá. El ajetreo es febril. El CNE ya comenzó a trabajar con la mirada puesta en agosto, el mes perfecto para estimular la abstención del "escualidismo" viajero.

Con el relanzamiento del Banco de Venezuela, los chavistas abandonaron la línea de partida y emprendieron la carrera. Llevan el firme compromiso de conservar el poder sea como sea. En la otra acera -la que intenta transformarse en "la alternativa"- el ritmo es abominablemente dilatorio. No hay apremios: la subestimación es una tragedia repetida. Vivimos un silencio escandaloso. Hasta las barbaridades internacionales en las que Chávez ha metido al país son menospreciadas. Nada estimula una reacción convincente: ni el zafarrancho del día a día, ni las definiciones vitales del tema electoral.

El relanzamiento de las misiones -con chorros de propaganda orientada a regenerar "percepciones"- es apenas un eslabón de la cadena de expectativas que se ha propuesto reciclar el comandante. Consciente de que la oferta socialista se muestra deslucida y desgastada, pretende renovarla a punta de grandes lotes de "caramelos de cianuro". No hay novedad en el plan, salvo que, en adelante, veremos promesas tan barrocas que resultará difícil para el campo democrático contraponerle una "oferta superior". Jardines para los barrios; caminerías multicolores, lagunas transportables; turismo intergaláctico-satelital; ¡cancillerías para todos los "Maduro" de Venezuela! En fin. La imaginación de Chávez es palpitante y está sazonada con el deseo que le provoca el trono vitalicio. La pregunta flota en el ambiente: ¿cómo puede superarse una promesa que mezcla el atractivo con la irresponsabilidad?

Estamos ante otra guerra avisada. En 2006 la escogencia del candidato único de la oposición se prolongó por 8 meses: todos pedían "taima" a la espera de mejorar en las encuestas. El mismo tiempo se consumió el diseño de la mentirosa "alianza perfecta" de 2008. Y aquí estamos hoy, en este nuevo "ya va", anuncio de nuevas improvisaciones y derrotas. El país quiere y necesita saber qué es, en este contexto, una "oferta superior"; qué figuras y propuestas se le opondrán a las extravagancias del mandamás. En agosto los votos no caerán del cielo. Habrá que amarrarlos desde ya, antes de que los viajeros hagan planes y compren sus boletos. La rebatiña causa náuseas. Ganar exige prevenir, tomar oportunamente las mejores decisiones. La revolución está envejecida, pero toma viagra.

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