El pasado viernes, el marcador LME de Londres, que establece el precio del aluminio en el mercado internacional, señalaba que la tonelada del metal, pagada "cash", se cotizaba en 2.490 dólares y si era pagadero en los tres meses usuales, subía a 2.510 U$D/ton.
Es un precio muy bueno, no el "tope" histórico, pero si tan alto como para estar igualado con otros períodos entre los tres mejores de los últimos 23 años. La "raya amarilla" de arrojar pérdidas para la industria del aluminio se considera los 1.300 dólares/tonelada.
El fin de semana, sin embargo, al concluir el conflicto de los trabajadores de Venalum mediante el acuerdo negociado y firmado por los dos sindicatos de la empresa (el de profesionales y el de obreros) con el canciller Nicolás Maduro, en el anuncio hecho por el también ministro de Mibam, José Khan, la nota oficial de la agencia de noticias del gobierno, AVN, señaló lo siguiente: "en Venezuela se garantiza la protección de los trabajadores pese a la caída de los precios del aluminio a nivel internacional, producto de la crisis capitalista, a causa de la cual muchas empresas similares a Venalum despidieron a miles de obreros en Estados Unidos y en países de Europa, Asia y Latinoamérica".
Hablar de la "caída de los precios del aluminio (o del hierro y el acero), producto de la crisis capitalista", se ha vuelto un "comodín" usado por ministros, altos funcionarios y dirigentes del PSUV para tratar de justificar la ruina en que están sumidas las empresas Venalum y Alcasa, buscando "un culpable" diferente al propio gobierno, sus políticas y decisiones "estratégicas".
SÓLO QUE NO DICEN LA VERDAD
El precio del aluminio en el mundo tan sólo bajó a niveles de alrededor de 1.500 U$D/ton durante un breve período de dos trimestres entre diciembre de 2008 y junio de 2009, para luego recuperarse sobre los 1.900 dólares y en los últimos 14 meses continuos sobre los 2 mil dólares.
Incluso precios de 1.500 son ligeramente buenos, al punto que, por ejemplo, le permitían a Venalum hace pocos años, antes de la "transformación socialista", mejor conocida como "el estatismo salvaje", cubrir todos sus costos laborales, con proveedores, de reinversión, mantenimiento, con el fisco e incluso sociales y obtener pequeñas ganancias.
Muchas personas confunden la crisis financiera mundial con algo que existe en todos los sectores de la economía y la industria y quizás por ello, el gobierno usa el argumento no veraz de "la caída de los precios" contando con que la mayoría no conoce que las industrias ferrosiderúrgica y del aluminio en todo el planeta están boyantes y en expansión, obteniendo ganancias, haciendo nuevas inversiones y generando empleo...menos en Venezuela.
PÉRDIDAS Y "NO GANANCIAS"
En la última semana de diciembre de 2009, el gobierno nacional, de forma sorpresiva e inconsulta, sin discutirlo con los técnicos de la industria ni los trabajadores, ordenó un duro recorte de energía eléctrica en la industria de Guayana, que en el aluminio significó cerrar en la moderna Venalum 400 de sus 910 celdas de reducción y en Alcasa desmantelar dos de sus 4 líneas de producción.
Ya se sabe que fue por motivos políticos, para evitar el racionamiento en Caracas por miedo a las protestas populares.
El grave daño, que tardará años en ser reparado significa que Venalum produce apenas algo mas del 50% de su capacidad habitual de 430 mil toneladas/año. Alcasa ha quedado rezagada a unas 85 mil toneladas de sus 205 mil posibles.
Por lo menos se trata de una reducción de 280 mil TM/año. Es fácil sacar la cuenta. Son casi 700 millones de dólares que en un año dejará de percibir Venezuela o, dicho de otro modo, 58 millones de dólares cada mes. Son 767 toneladas de aluminio menos cada día para una reducción de ingresos de casi 2 millones de dólares diarios.
Todo eso por haber cerrado y destruido- las 400 celdas de Venalum (sin haber reinvertido ni un dólar en comenzar a recuperarlas a lo largo de todo un año) y las líneas I y II de Alcasa, junto con más de 100 celdas dañadas en las líneas III y IV de la misma empresa.
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