miércoles, 16 de febrero de 2011

¿Qué pasa en PDVSA?
José Guerra
Tal Cual

Los venezolanos y el mundo deben conocer

que la industria petrolera de Venezuela está

mal. Muy mal. Tal vez la manera directa de

verlo es con la información del gráfico adjunto

donde se aprecia la caída sistemática del PIB

petrolero, el cual mide la producción de petróleo

valorada a precios constantes

pare eliminar el efecto distorsionante de la

inflación. Son ocho trimestres de caída

continua de la producción

de petróleo y sus derivados, hecho que

ha coincidido con una recuperación

espectacular de los precios del petróleo

en los mercados mundiales

y el volumen de ingresos recibidos no ha servido

para reanimar a una empresa entumecida a la cual

ya no le es suficiente ni siquiera una cotización

superior a US$ 80 por barril para equilibrar sus

finanzas. El aumento de

los precios petroleros entre 2008 y 2010 le

sirvió de muy

poco a Venezuela, salvo para seguir cayendo

tal como lo atestigua las cifras del BCV. Mientras

que todas las economías de América Latina ya

salieron de la recesión, Venezuela se encuentra

postrada, víctima de una política que desalienta

la inversión, concentra todo el poder en

manos del Estado,

persigue a los trabajadores y ahuyenta a los

inversionistas.

Hace quince años PDVSA producía 3.200.000

barriles de petróleo al día y tenía 30.000

trabajadores, actualmente

produce 2.700.000 barriles y su nómina es de

90.000 trabajadores. Se ve una empresa que

produce menos petróleo y tiene una protuberante

burocracia. Ahora bien,

de esos 2.600.000 barriles, casi 700.000 son

consumidos internamente en forma de combustibles

para vehículos, aeronaves y generación de electricidad,

250.000 barriles están comprometidos con China en

un préstamo que le hizo a

Venezuela cuyos recursos ya fueron gastados. Otros

90.000 barriles van a Cuba, como una especie de

donación del gobierno de Venezuela a la dictadura

isleña y 80.000 más

a otros países que lo pagan en cómodas cuotas.

Es decir, quedan 1.570.000 barriles para exportar,

básicamente a Estados Unidos, quien los paga en

dólares constantes y sonantes. Con esos dólares

es que se puede comprar los alimentos, las medicinas,

repuestos, equipos,

maquinarias y pagar la deuda externa.



Es muy grave el declive de la producción de PDVSA y

también el incremento de su deuda. En 1998, PDVSA debía

US$ 4.000 millones y actualmente la deuda registrada es de US$

36.000 millones incluyendo lo que le debe al BCV y los bonos que

acaba de emitir, sin contar más US$ 7.000 millones por expropiaciones

que no ha pagado. Debe mencionarse, además, que PDVSA

tiene pendientes varios juicios en cortes internacionales que

pueden significar el desembolso de sumas importantes aún si

se llega a un acuerdo amistoso con los demandantes. Como

puede observar el lector, la empresa está financieramente

dificultades y todo ello a pesar del aumento del precio del

petróleo. En 1998 el precio del petróleo venezolano cerró en

US$ 9,5 por barril y alcanzó a US$ 72,6 por barril en 2010 y en lo

que va de 2011 se cotiza en más US$ 85 por barril, un aumento

exorbitante y nada de ello ha servido para mejorar la situación de

la empresa. ¿Qué es lo que ha sucedido? Que PDVSA cayó en

manos de la corrupción, la politiquería, del nepotismo y además está

desenfocada de su negocio. PDVSA se ocupa de vender

alimentos y fabricar casas cuando eso lo pueden

hacer otros entes del Estado.

Acaba PDVSA colocar un bono a 12,75% de interés, el

más elevado

del mundo. Cuando empresas petroleras emiten esas

deudas lo hacen a un interés máximo de 6%. Ello dice lo

grave en que están

las cuentas de PDVSA. Pero lo que resulta más

paradójico es que

PDVSA emite un bono comprado en bolívares

pero pagadero en

dólares. Si se trata de financiar gastos locales el bono

ha debido

emitirse en bolívares. En el caso de destinarse a la

compra de

maquinarias y equipos en divisas, el bono se tuvo que

haberse

emitido en dólares, obviamente en el mercado internacional.

No fue ni para lo uno ni para lo otro sino para intentar

estabilizar el mercado cambiario ante la escasez de divisas

por parte de CADIVI,

aunque ello no es función del BCV.

El nuevo gobierno que vendrá en

Venezuela

tiene que tomar muy en serio una política

distinta para el petróleo, que focalice a PDVSA

en su negocio y deje la asistencia social a los

organismos especializados y competentes en la

materia y la actuación en el mercado de divisas en

manos de la autoridad monetaria.


No hay comentarios:

Publicar un comentario