“Que cien flores se abran”
El título de un famoso opúsculo de Mao Zedong, escrito a propósito de la disputa chino-soviética, allá por los años cincuenta del siglo pasado, es una parábola tambien útil en la Venezuela actual para significar que, en nuestra oposición, se manifieste la diversidad dentro de la unidad. En cierto sentido, ese era el objetivo que perseguía la parábola de Mao como justificación de las actitudes chinas dentro del movimiento comunista mundial de la época.
Lo anterior es importante para garantizarle al país, que el futuro no será una repetición del pasado crapuloso y polvoriento que trajo estos lodos infectos, corruptos y hediondos del chavecismo bolivariano. Ello tambien reafirmaría los valores de pluralidad democrática que son comunes a quienes integramos la oposición.
Pensar en que alguna combinación de alianzas entre partidos políticos de la oposición o entre estos y las ONGs pueda imponer a alguno de los 10 precandidatos a nombre de un supuesto consenso, seria un acto de nariceo político, irrespetuoso del albedrío de los ciudadanos que, seguramente, seria rechazado por la colectividad, degenerando en un caso de abstencionismo de protesta que visto el cuadro político actual, no sería deseable concitar.
Hasta ahora hay precandidatos, ya declarados, o in-pectore, y creo que ninguno esta dispuesto a renunciar a lo que estiman sería su oportunidad; ellos son: Eduardo Fernández, Oswaldo Álvarez Paz, Antonio Ledezma, Manuel Rosales, Pablo Pérez, Henry Ramos Allup, María Corina Machado, Julio Borges, Capriles Radonsky, Leopoldo López. Esta es la lista de los racionales pero por supuesto que habrá que agregar alguno o algunos personajes folclóricos que aprovecharían la ocasión para auto masajearse el ego.
Si esto es así no pareciera sano que se siguiera con el “ñemeo” para retrasar la fecha y condiciones en que se celebraran las primarias, más bien, es imperativo hacer público desde ahora el cuándo y el cómo se celebraran y con ello no estoy solicitando que las primarias se celebren mañana, pero si que se vea claramente y desde ahora la voluntad de realizar el evento en fecha determinada, con reglas preestablecidas, y sin trapisondas o dilaciones.
Por lo pronto, la iniciativa de la tarjeta única para la Presidencia ha sido negada por el mismo sector que convocó la abstención en las parlamentarias del 2005. Los argumentos que se dieron para negarla en las parlamentarias del 26-09-10 ya no están presentes, por lo que la posición referida debiera ser sustentada con razones más valederas y algo menos de arrogancia.
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