¿Quién ganará las primarias?
LUIS VICENTE LEÓN | EL UNIVERSAL
27 de febrero de 2011
Esta es la pregunta más popular de este mes. Me alegro que así sea. Primero, porque la respuesta a la pregunta de moda del mes anterior ¿cómo está Chávez? me obligaba a una respuesta que no me hace muy popular entre amigos y mi esposa. La segunda razón es que desde hace rato me parece que la discusión sobre opciones alternativas y sus propuestas es indispensable para romper elstatus quo nada halagador.
Al principio pensaba que cuando la gente preguntaba ¿quién va a ganar las primarias?, era algo así como cuando mis sobrinos saludan diciendo ¿qué más? Me costó tiempo entender que en realidad sólo esperan que respondas con otro ¿qué más? Y no que te pongas a dar explicaciones.
Lo digo porque a estas alturas todos deberían estar claros que no podemos predecir quién ganará, por lo tanto la pregunta es un formalismo. La razón es muy simple. No sabemos: 1) cuándo serán las primarias (aunque ahora ya hay un rango); 2) si previo a ellas se ejecutarán las múltiples combinaciones de preprimarias para seleccionar los precandidatos por cada grupo de interés; 3) tampoco sabemos si las primarias serán sólo para presidente o incluirá a gobernadores y alcaldes; 4) ni si el proceso interno opositor obligará a los gobernadores y alcaldes, aspirantes a presidente, a condenarse a no ser reelegidos en sus puestos si no ganan la primaria presidencial; 5) ni idea sobre qué pasará con los aspirantes que han sido injustamente inhabilitados, ¿podrán participar en las primarias?; 6) ¿vendrán al país aquellos dirigentes políticos que decidieron asilarse en el exterior frente a las persecuciones políticas a las que fueron sometidos?; 7) ¿cómo se resolverá el financiamiento de ese importante, democrático pero costosísimo proceso primario?
Podemos agregar la lista de aspirantes a la candidatura presidencial. Ahora parece que el grupo es infinito, por cierto, tienen todo el derecho y no es más que un ejercicio pleno de democracia. Sin embargo, la lista de "aspirantes" es mucho mayor que la de "aspirados". La gente ha construido su clúster potencial de candidatos con opción y no parece tan amplio.
Todas las preguntas que exploramos en torno a ese liderazgo: mejor líder, mejor candidato, agrado y disposición de voto, nos conduce a los mismos cinco líderes, en el siguiente orden actual: Henrique Capriles, Manuel Rosales, Leopoldo López, Pablo Pérez y Antonio Ledezma. Henri Falcón y Julio Borges son mencionados en algunas áreas, y falta por entender si el lanzamiento de Álvarez Paz y Pérez Vivas y los esperados de Salas y Machado generarán algún cambio relevante.
El juego apenas comienza. Los aspirantes arrancan sus campañas. Las alianzas entre grupos y las posibilidades reales (y legales) de participar generarán un proceso natural de decantación, llegando a un escenario polarizado entre no más que dos o tres opciones y las maquinarias con las que cuenten tendrán mucho que decir. Sin embargo, la información actual no es determinante pues la atomización hace que los números dejen espacios para la sorpresa por lo que, a menos que uno sea el hijo de Adriana Azzi con Hermes el Iluminado, la respuesta más prudente es: hay que esperar.
Pero mientras nosotros esperamos, quienes no pueden hacerlo son los aspirantes. No tienen tiempo que perder para conectarse con las masas, desconectar a su adversario y develar por qué son mejores que el arroz con pollo. El secreto está en ser y mostrarse capaz de ganarle a Chávez en la masa, aunque su perfil se aleje del "ideal" modernizador de las elites.
Es obvio que el reto es monumental, pero, como decía la aviadora Amelia Earhart: "Nunca interrumpa a alguien que está haciendo algo que usted dice que no se puede hacer".
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