viernes, 25 de julio de 2014

Barril sin Fondo… Chino

Pedro Pablo Fernandez
Los recursos de ese mecanismo de financiamiento deberían estar orientados a inversiones con alta rentabilidad para el país como las que necesitamos en la Faja Petrolífera del Orinoco
El alcance de los convenios con China compromete nuestro futuro. Es un tema de Estado y como tal requiere la mayor transparencia y el mayor consenso de los venezolanos. Es un tema difícil de discutir en un ambiente de polarización extrema como el que vivimos, pero dada su importancia es urgente que lo hagamos. 
La relación que se ha establecido con China y los convenios que se han suscrito son francamente favorables a Venezuela por la forma de financiamiento, las tasas de interés y porque el país necesita recursos para planes de inversión. El problema no está en China. El problema está en Venezuela y en el modelo económico trasnochado que se quiere tercamente imponer a pesar de su fracaso en donde quiera que se ha tratado de implantar. 
Para Venezuela, ampliar sus relaciones con el principal responsable de la subida de los precios del petróleo en el mercado internacional es de un interés superlativo. La demanda petrolera en los últimos 10 años ha crecido vertiginosamente y en esa subida China es responsable de cuatro de cada 10 barriles. Más aún, si observamos el incremento vertiginoso que ha habido en la producción de hidrocarburos en Estados Unidos y su progresiva independencia energética, tenemos que concluir que diversificar nuestros mercados e incrementar nuestras exportaciones de petróleo hacia China era desde el punto de vista estratégico una obligación. 
Otros países de América Latina están estrechando lazos con esa gran potencia con resultados francamente favorables. Brasil, Chile y Perú tienen hoy a China como el principal destino de sus exportaciones. 
Venezuela es el país con las mayores reservas de petróleo probadas del mundo, casi 300.000 millones de barriles. 70% de esas reservas es petróleo extrapesado que requiere de un proceso de mejoramiento que demanda una inversión de recursos que la república no tiene. A mí no me importa si esos recursos vienen de China, del Imperio o Bielorrusia, lo importante es que hagamos las inversiones necesarias. El Fondo Chino debió haber estado orientado a esas inversiones. Hoy tendríamos que estar produciendo por lo menos 4 millones de barriles de petróleo diarios y le podríamos pagar a China con el excedente de petróleo producido gracias a las inversiones hechas con el propio Fondo. En lugar de eso, buena parte de esos recursos los hemos gastado de forma ineficiente en asuntos que no nos dejan ninguna rentabilidad. 
La producción de petróleo en Venezuela está estancada, el consumo interno ha subido como consecuencia del subsidio a la gasolina y su efecto obligado en contrabando de extracción y le tenemos que entregar un poco más de 400.000 barriles diarios a China sin recibir divisas que el aparato productivo nacional requiere con urgencia. El resultado de toda esta operación se resume en más deuda, menos ingresos por las exportaciones petroleras y una situación financiera complicada para Pdvsa. 
Los recursos del Fondo Chino deberían estar orientados a inversiones con alta rentabilidad para el país como las que necesitamos en la Faja Petrolífera del Orinoco, pero en lugar de eso se tienen que GASTAR en remediar las desgracias producidas por el modelo económico. Entre los convenios firmados hay uno que contempla la adquisición de 10 mil vehículos con la empresa Chery. En 2007 en Venezuela se ensamblaron 172.000 vehículos y en el primer semestre de este año a duras penas llegamos a 6.000. Estamos comprando vehículos producidos por trabajadores chinos a costa de la pérdida de empleo en Venezuela. Otro convenio contempla inversiones en cementeras. En Venezuela tuvimos cemento a buen precio y suficiente hasta que el Gobierno expropió las empresas de cemento y a partir de ahí comprar cemento se ha convertido en algo muy complicado (del precio regulado es mejor no hablar). No tiene ningún sentido utilizar esos recursos para producir cemento cuando el sector productivo lo puede hacer, y de hecho lo hacía, de forma eficiente.
Es un crimen desperdiciar la oportunidad de aprovechar a un aliado como China, con disposición de financiar el desarrollo de Venezuela en condiciones francamente favorables. Si no se hacen las rectificaciones necesarias o se siguen postergando, el Fondo Chino vendrá a ser una calamidad que agregar a nuestro futuro comprometido. 
A Venezuela le han ingresado en los últimos años una cantidad de recursos sin precedente en la historia. A los petrodólares que recibimos producto de la subida de los precios del petróleo en el mercado internacional hay que sumarle los que recibimos vía endeudamiento y por la disposición de nuestros ahorros, es decir: de las reservas internacionales. Con todos estos recursos el resultado del modelo aplicado es desastroso y si no cambiamos el modelo ese Fondo Chino se incorporará a este barril sin “Fondo Venezolano”.
@pedropabloFR

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