Para rescatar la
Democracia
Luis Ugalde sj
Todos los venezolanos tenemos la obligación de
defender la Constitución y la Democracia (artículo 131) que vienen siendo
violadas sistemáticamente desde el poder. Me atrevo a afirmar, que no menos del
80% quiere rescatarlas en una República de pluralidad solidaria y de justicia
social. Todo demócrata responsable (opositor o gobiernista) debe salir en
defensa de la Constitución violada, de los derechos humanos pisoteados y de la
Democracia enajenada; no basta ser espectadores, ni limitarse a hacer cábalas y
adivinanzas sobre lo que va a pasar. En mi opinión, el liderazgo democrático se
redefine y legitima ahora en la defensa y liberación clara y contundente de la
República apresada, sin dejarlo para mañana o para otros; pero entendiendo la
complejidad de los cambios y la necesidad de una visión integral en la que la
mayoría de la población se activa para lograrla democráticamente por su
futuro y el de sus hijos.
En 2015 hay importantes elecciones legislativas.
Para que la democracia las gane con rotundidad hay que hacer tareas claves y
vencer vicios, lograr árbitros y procesos electorales confiables y unificar
candidatos plurales. Pero además en el año y medio de aquí a la elección
parlamentaria, son necesarios cambios decisivos en el Ejecutivo para un
nuevo modelo político según la Constitución y que logre indispensables acuerdos
económicos de largo aliento y un flujo de inversión privada nacional e
internacional, al tiempo que se promueve la libre creatividad corrigiendo la
actual ruta totalitaria que lleva al desabastecimiento, inflación y desempleo.
Sé que es de mal gusto citarse a uno mismo, pero es peor callarse por razones
estéticas. Por eso, repitiendo lo dicho en mis Sueños sueños son, recuerdo los
pasos que deben darse desde el lado del gobierno y que deben ser exigidos con
unidad y contundencia desde la oposición democrática. Unidad que está por
hacerse. 1-“Libertad para todos los estudiantes, alcaldes y demás presos
políticos y para los exiliados”. 2- “Rescate de la democracia con la separación
de poderes públicos y con la selección democrático-constitucional para los
cargos”. 3- “Eliminar la criminalización de la oposición y el uso del
poder judicial para perseguir a los opositores y absolver a los amigos”. 4-
“Combate frontal de la ineficiencia, corrupción e incompetencias
gubernamentales y transformación del pobrísimo nivel de gestión pública”; causa
de la pérdida de decenas de miles de millones de dólares con delitos graves. 5-
Despartidización de la Fuerza Armada, complimiento de los artículos 328 y 330
(“sin militancia política”) y valoración de su misión democrática. 6- “Combate
integral contra la violencia y la inseguridad”. 7- “Cultivo del reencuentro
nacional“, con diálogo civilizado, imprescindible en toda democracia plural. 8-
Apuesta total a la calidad educativa plural con esfuerzo conjunto entre
Familia, Estado y Sociedad. Nivelación hacia arriba de la educación de los más
pobres y nueva valoración social de los educadores. Políticas públicas comunes,
con pluralismo, descentralización y autonomía en la ejecución. Financiamiento
estatal garantizado y fomento de aportes voluntarios de familias, empresas y
fundaciones. 9- Pronta sustitución de las políticas oficiales que estimulan la
corrupción y empresas de maletín, llevan al desabastecimiento, a la inflación y
al gigantesco endeudamiento público, con parálisis de la iniciativa y la
inversión privada. Solidaridad con políticas sociales para compensar los efectos
duros de las medidas inevitables para cortar esta dilapidación. 10-
Libertad de opinión e información, sin monopolio ni control
partidista-gubernamental y sustitución de la propaganda oficial que trata
de ocultar la realidad por una llamada a toda la población a sincerar nuestra
tragedia y resolverla. Son cambios del Ejecutivo (y en él) que tienen que
hacerse en los próximos meses para empezar a mejorar. En primer lugar en este
año y medio, y no en las elecciones presidenciales de 2019, se juega el presente
y futuro de la democracia. Lo pide a gritos casi toda la sociedad. El liderazgo
de la oposición debe exigir y exigirse con unión y tenacidad para que
esos temas se “conviertan en una formidable fuerza interior que movilice a
millones para superar exclusiones y lograr esperanzas”. Los meros espectadores
son cómplices del desastre nacional.
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