CARLOS MACHADO ALLISON
EL UNIVERSAL
Lo peor es que piensan que lo están haciendo bien. Juran que las treinta y tantas misiones, el denso aparato burocrático, controles, inspectores pacotilleros, Fuerzas Armadas y la obsoleta visión marxista del mundo, harán la felicidad de los venezolanos. Tal es la soberbia y la estulticia que a unos, no les permite ver el deterioro del país y a otros, les parece conveniente para el triunfo de la revolución. En efecto las revoluciones solo tienen éxito cuando no hay agua, electricidad, comida, vivienda, educación, servicios médicos, aseo urbano y vialidad. Cuando todo esto falta, cuando todos son pobres, triunfan las revoluciones (Giordani dixit).
Cosechamos 15 años de logros importantes. Tres notorios, la inseguridad personal, la escasez y la pérdida de soberanía. Resultado de un proyecto bien orquestado. Acabaron con la capacidad técnica y el poder de los cuerpos de seguridad, se aseguraron que las cárceles fueran universidades de la delincuencia. Arremetieron contra la producción de alimentos, confiscación de tierras, control de precios y nacionalización de organizaciones como Agroisleña, pero como había un gran flujo de dólares, anclaron la moneda para que los alimentos importados resultaran más baratos. Al final el 50% de la carne bovina es importada, de 9 millones de hectáreas de caña, ahora cultivamos seis, la producción de leche se estancó, pasamos por una crisis con las papas y ahora les toca a las hortalizas cuyo precio se disparó.
Abastecidos de arroz, ahora dependemos de Guyana y Argentina. El café viene de Nicaragua, la leche UHT procede de Uruguay, Ecuador y Argentina. Necesitamos 4 millones de toneladas de maíz y producimos millón y medio, el resto viene de Estados Unidos y algo de Argentina. Los productores no encuentran agroquímicos, falta maquinaria, la Ley del Trabajo los acorraló, la pobre vialidad, falta de repuestos y lubricantes aumentan los precios. La desconfianza abatió las inversiones y ahora con un predecible año seco, no hay suficientes pozos activos, nuevos reservorios o sistemas de riego. Falta azúcar, café, carne, leche, papel higiénico, envases, tapas, aluminio, aditivos, detergentes, aceite, harina de trigo y de maíz, edulcorantes, alimentos dietéticos, a veces pollo o arroz regulado. Sobra corrupción. No hay dólares para importar medicinas, equipos médicos y repuestos. Pero sí para pagarle a Cuba, hacer donaciones, financiar, corredores de la F1, televisoras multinacionales, misiones "milagro", armas rusas, empresas de maletín, petróleo caribeño y cuanto cachivache produzca el imperio chino, ahora encargado de la prospección de nuestros recursos. ¿Cuántos imperios hay? Formalmente ninguno, se acabaron hacia 1945, pero si por imperio entendemos el tamaño de la economía y la dependencia, entonces la lista es larga: Estados Unidos, China, Alemania, Japón, Francia y Brasil entre otros. Sin soberanía, ¿de quién dependemos? En lo político, de Cuba, en lo económico de China, en lo militar de Rusia, en transporte de China y Brasil. Caímos en el abismo y tan brutos somos que, perdidos en conflictos intrascendentes, ni siquiera nos unimos para evitarlo.
Carlosmach2013@gmail.com
Cosechamos 15 años de logros importantes. Tres notorios, la inseguridad personal, la escasez y la pérdida de soberanía. Resultado de un proyecto bien orquestado. Acabaron con la capacidad técnica y el poder de los cuerpos de seguridad, se aseguraron que las cárceles fueran universidades de la delincuencia. Arremetieron contra la producción de alimentos, confiscación de tierras, control de precios y nacionalización de organizaciones como Agroisleña, pero como había un gran flujo de dólares, anclaron la moneda para que los alimentos importados resultaran más baratos. Al final el 50% de la carne bovina es importada, de 9 millones de hectáreas de caña, ahora cultivamos seis, la producción de leche se estancó, pasamos por una crisis con las papas y ahora les toca a las hortalizas cuyo precio se disparó.
Abastecidos de arroz, ahora dependemos de Guyana y Argentina. El café viene de Nicaragua, la leche UHT procede de Uruguay, Ecuador y Argentina. Necesitamos 4 millones de toneladas de maíz y producimos millón y medio, el resto viene de Estados Unidos y algo de Argentina. Los productores no encuentran agroquímicos, falta maquinaria, la Ley del Trabajo los acorraló, la pobre vialidad, falta de repuestos y lubricantes aumentan los precios. La desconfianza abatió las inversiones y ahora con un predecible año seco, no hay suficientes pozos activos, nuevos reservorios o sistemas de riego. Falta azúcar, café, carne, leche, papel higiénico, envases, tapas, aluminio, aditivos, detergentes, aceite, harina de trigo y de maíz, edulcorantes, alimentos dietéticos, a veces pollo o arroz regulado. Sobra corrupción. No hay dólares para importar medicinas, equipos médicos y repuestos. Pero sí para pagarle a Cuba, hacer donaciones, financiar, corredores de la F1, televisoras multinacionales, misiones "milagro", armas rusas, empresas de maletín, petróleo caribeño y cuanto cachivache produzca el imperio chino, ahora encargado de la prospección de nuestros recursos. ¿Cuántos imperios hay? Formalmente ninguno, se acabaron hacia 1945, pero si por imperio entendemos el tamaño de la economía y la dependencia, entonces la lista es larga: Estados Unidos, China, Alemania, Japón, Francia y Brasil entre otros. Sin soberanía, ¿de quién dependemos? En lo político, de Cuba, en lo económico de China, en lo militar de Rusia, en transporte de China y Brasil. Caímos en el abismo y tan brutos somos que, perdidos en conflictos intrascendentes, ni siquiera nos unimos para evitarlo.
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