miércoles, 12 de agosto de 2009

Ya van nueve planes de vivienda

Según la Cámara Inmobiliaria el déficit de casas en Caracas se ubica en 800 mil

En el sector Puerto Escondido (Las Mayas) las viviendas están a punto de colapsar por las filtraciones. Ninguno de los dos proyectos de rehabilitación que se presentaron (2006 y 2008) se llevaron a cabo (VENANCIO ALCÁZARES)

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Barrio Nuevo es por ahora el último, pero ciertamente no el único. Planes para construir viviendas han abundado durante el gobierno de Chávez, si bien muchas veces no se trata más que del mismo proyecto con diferente denominación, relanzamientos de una misma idea.

Sólo Caracas ha visto desfilar nombres de todo tipo: Misión Villanueva, Misión Hábitat, Plan Caracas, Ciudad Zamora, Ciudad Miranda, Ciudad Cabruta, Programa Ocho y Sustitución de Rancho por Casa. Y ahora el último: Barrio Nuevo.

Aunque fue lanzado en el programa Aló Presidente y anunciado por el Primer Mandatario desde Turmerito (Coche), el alcance de este plan es de 800 apartamentos, lo que representa sólo 0,1% del déficit habitacional de Caracas, que según cifras que maneja el presidente de la Cámara Inmobiliaria, Francisco Neri, llega a 800 mil casas.

Cuando era ministro de Vivienda, Ramón Carrizález (hoy vicepresidente) admitió la urgencia de construir conjuntos residenciales, y calculó en ese momento (año 2006) que en Caracas se podían construir al menos 17.565 casas. Prometieron hacer al menos 10 mil hasta 2008, pero hoy, pasados más de tres años, en la capital están en ejecución unos diez proyectos habitacionales que juntos no llegan a cinco mil casas.

Invasiones y la espera sin fin La falta de respuestas efectivas al déficit habitacional es lo que ha disparado las invasiones (en Caracas hay 154 edificios invadidos, además de 800 casas, terrenos y galpones) y es lo que ha hecho que mucha gente se eternice en refugios en los que supuestamente nadie debería pasar más de tres meses.

Por ejemplo, en el refugio La Posada (Gramovén) todavía quedan 11 familias que fueron mudadas del barrio Federico Quiroz en diciembre pasado, mientras que de 163 familias que hay en el refugio de La Ciudadela (avenida El Cuartel, Catia) 32 tienen allí ocho meses.

Existen además urbanizaciones enteras que llevan años esperando una reubicación que nunca llega, como es el caso de Nueva Tacagua, que hoy parece un pueblo fantasma, desalojado a medias y destruido casi en su totalidad. O el de Catuche, donde 201 familias aún esperan por unas casas que el Gobierno se comprometió, mediante un convenio firmado por el Conavi, a entregar antes del año 2003.

Rosa Elena Liendo es damnificada de 1999 y desde entonces espera una casa, pues la que tenía en el barrio Marigüitar (sector Blandín, carretera vieja Caracas-La Guaira) la desapareció un derrumbe. Todavía ayer, martes 11 de agosto de 2009, casi diez años después, estaba haciendo trámites para conseguir una vivienda. Sus desplazamientos no la han llevado de Troya a Ítaca, pero sus diligencias tienen también visos de odisea. "Tuve que ir para un bufete de abogados en Montalbán a sacar un certificado donde consta que no tengo casa y que la perdí en 1999. Luego a una notaría en El Valle a que me la sellen. De ahí me voy a Las Mercedes, a Hábitat. Ese trámite lo he hecho varias veces, pero siempre lo tengo que repetir porque me lo vuelven a pedir. No sé, supongo que es que en el Ministerio traspapelan los documentos", dice ella desde el barrio Matapalo, Las Mayas, en donde vive alquilada desde hace nueve años.

En Las Mayas aún esperan También allí tienen mucho que contar en cuanto a planes incumplidos de viviendas y rehabilitación de barrios.

Como Chávez pasó por Las Mayas el domingo en su viaje hacia Turmerito, los vecinos forraron sus ranchos con pancartas: "Ayúdenos", "Ahora sí limpiaron" (como el Presidente pasaría por el lugar, la calle fue asfaltada y limpiada), "Las casas se están cayendo".

Y es que sólo en el sector Puerto Escondido existen 88 viviendas (más de la mitad) en situación de riesgo. Allí todas huelen a humedad y sus paredes están abombadas y agrietadas. Cada quien tiene algo que contar: Yoana Ribero ya no duerme en su casa porque teme que un día se le venga encima, Mary Herrera tiene todas las tuberías tapadas, Efigenia Chirinos ni siquiera puede pintar el techo porque no dura así ni una semana, Fulgencio Ramírez toca unas paredes agrietadas que le devuelven un sonido hueco. "Todo esto es culpa del tren", explica Ramón Rodríguez refiriéndose al ferrocarril de los Valles del Tuy, que pasa justo por debajo de Las Mayas.

Allí han existido dos planes de rehabilitación, pero no se ha rehabilitado ni una vivienda. En 2006 se llegó hasta la instalación de unas mesas y un censo como parte del programa Sustitución de Rancho por Casa, pero un buen día los funcionarios desaparecieron. El año pasado se comenzó a rehabilitar seis viviendas, pero todo se dejó por la mitad. "Los de Vivienda se fueron y nos dijeron que el Consejo Comunal no estaba vigente", explica Norma Herrera.

La gente eternizándose en los refugios, los damnificados del 99 que todavía están dando vueltas, los edificios invadidos, Nueva Tacagua, Catuche, Las Mayas... todo forma parte del mismo déficit habitacional que, a pesar de planes y planes, le sigue quedando grande al Gobierno.



Con Información De Delia Meneses
JAVIER BRASSESCO
EL UNIVERSAL

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