miércoles, 15 de abril de 2015

DETENIDO EL TESORERO DEL PARTIDO DE LOS TRABAJADORES DE BRASIL

ANTONIO JIMENEZ BARCA

EL PAÍS
 
La Policía Federal de Brasil ha detenido hoy en su casa de São Paulo al tesorero del Partido de los Trabajadores (PT), João Vaccari, acusado de corrupción y de lavar dinero dentro del denominado caso Petrobras, un enorme agujero negro de finanzas ocultas, sobornos y corruptelas que mina a la principal empresa pública brasileña. Vaccari es tesorero del PT (el partido de la actual presidenta Dilma Rousseff y del expresidente Lula) desde 2010 pero es un personaje histórico dentro de la formación, en la que milita desde hace 25 años. Por eso, su detención, aunque provisional y esperada dada la abrumadora montaña de pruebas y testimonos que le implicaban, supone un golpe en el corazón politico del Gobierno. Es más: Vaccari era un amigo personal de Lula, un militante cuya carrera se forjó paralela a la del histórico presidente.
Al tesorero se le acusa, sobre todo, de hacerse con sobornos de empresas que trabajaban con la petrolera Petrobras a fin de trasvasarlos a las cuentas del PT, presumiblemente para financiar sus campañas electorales. Hasta cinco personas implicadas en la red corrupta (ex altos cargos de Petrobras, intermediarios y empresarios) han testimoniado a la policía que Vaccari, durante años, se reunía, entre otros, con el exdirector de Ingeniería de la petrolera y con directivos de empresas constructoras para apalabrar las cantidades que irían para un lado y para otro. El exgerente de Servicios de Petrobras, también implicado en la trama, acusa a Vaccari de haberse hecho con más de 200 millones de reales (66 millones de euros). El cerebro de la red corrupta, el experto en lavar dinero Alberto Yousseff asegura que una vez envió a un empleado de Petrobras a la sede del PT en São Paulo con un maletín con 400.000 reales (133.000 euros).
La mujer del tesorero ha sido interrogada también debido a que su nombre sale asociado a decenas de miles de reales en su cuenta, lo que implicaría que Vaccari no solo abastecía la cuenta corriente del PT sino la suya propia. La policía también ha solicitado la detención de la cuñada del tesorero, acusada de corrupción y de la que se sospecha que recibió de la red corrupta cerca de 250.000 reales (83.000 euros).
El viernes pasado, el propio tesorero declaró en la comisión de investigación que el Congreso brasileño lleva desarrollando en las últimas semanas para aclarar el asunto. En ella, el tesorero aseguró que su partido recibió donaciones legales y que solía reunirse con empresarios y altos cargos de Petrobras sin que eso sea un delito. A la pregunta de si se reuniía con unos y con otros a la vez en hoteles, Vaccari se perdió en respuestas evasivas y poco concretas. En esa comisión negó haber recibido sobornos y añadió que el hecho de que su nombre saliera a relucir tanto en boca de tantos acusados de pertenecer a la trama se debe a que estos implicados consiguen rebajas en la pena a cambio de dar información a la policía.
Hasta ahora, el caso Petrobras fragilizaba al Gobierno de Dilma Rousseff por su enorme repercusion mundial, por la relevancia de la empresa afectada y por sus consecuencias económicas en un contexto de crisis. Ahora, la detención del tesorero es una bomba en el corazón politico del partido del Gobierno y de la propia Dilma Rousseff, ya de por sí fragilizada y muy abajo en los sondeos de opinión. La sombra de la mayor red de corrupción en Brasil se aproxima cada vez más al centro del poder.

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