PEDRO PABLO FERNANDEZ
Si en medio de un
agudo enfrentamiento se logra un cambio de gobierno se corre el riesgo de que
el nuevo, en unos meses, sufra la misma caída de popularidad al no resolver la
inflación y el desabastecimiento
Un
borracho dice: “Yo tomo whiskey con agua y me rasco, tomo ron con agua y me
rasco y tomo vodka con agua y me rasco. A partir de ahora no tomo más agua”.
Es
imposible resolver un problema si se lo atribuimos a causas equivocadas. Ni la
especulación es la causa de la inflación, ni el acaparamiento es la causa del
desabastecimiento. Es exactamente al revés. Hoy en Venezuela un vendedor sabe
que puede vender sus productos con sobreprecio porque el comprador tiene la
sensación de que si no lo compra ya, terminará pagándolo más caro en un rato.
Lo mismo le pasa a ese vendedor con sus proveedores porque no tiene idea cuánto
le va a costar su mercancía cuando le toque reponerla. La inflación es primero,
luego viene la especulación y se genera un círculo vicioso.
Lo
mismo pasa con el acaparamiento. Este no existe cuando hay para todos, aparece
cuando hay escasez. Los productos que venden los buhoneros en la calle a tres
veces su valor son los que no se consiguen.
El
gobierno se empreña tercamente en resolver el problema controlando precios,
persiguiendo especuladores, importando comida y subsidiándola con dólares a
6,30, sin darse cuenta de que ninguna de esas cosas ataca las causas, más bien
contribuyen a agravarlo. Cuando uno nada contra la corriente no avanza, se
cansa y se ahoga.
La
crisis económica solo se podrá superar si se atacan las causas y la principal
parte de un modelo económico equivocado que se desarrolló durante 15 años
gracias a un chorro de petrodólares que lo financió. Pero el modelo es
insostenible y cada día que pasa se hace más perverso y más complicado
corregirlo.
El
Cendas, en su último informe, indicó que los precios de los alimentos de un año
para acá aumentaron más de 100%, ubicando la Canasta Alimentaria Familiar de
marzo de 2015 en Bs. 20.919, lo que significa que una familia de 5 miembros
requiere 3.7 salarios mínimos para adquirirla. Adicionalmente determinó que
había escasez en 29,3% de esos productos.
Esas
cifras en un papel representan un problema serio, pero cuando se verifican en
la realidad se convierten en tragedia. Son padres y madres que sufren para
alimentar a su familia. Seres humanos que no consiguen medicinas para atender a
sus enfermos.
El
gobierno insiste en atacar las consecuencias y no las causas, entre otras
razones porque rectificar el modelo tiene un costo social, y como consecuencia,
uno político grande.
La
superación de la crisis pasa por sustituir el modelo por uno que genere
confianza y estimule inversiones que permitan, al mismo tiempo, generar empleo
y bienes y servicios en abundancia. Eso se dice fácil, pero corregir los
enormes desequilibrios que sufre la economía venezolana es complicado y
superar nuestra deficiencia de divisas, en una economía altamente dependiente
de las importaciones va a tomar tiempo.
Al
Gobierno se le hace imposible superar la crisis en medio de este ambiente de
confrontación, entre otras cosas porque lo más importante que se requiere es
confianza, y después de 15 años de desarrollar un modelo equivocado donde el
derecho a la propiedad ha sido tan vulnerado es bien difícil que se genere.
Ahora
bien, si logramos cambiar este gobierno, el próximo tendrá que enfrentar
problemas serios. Recuperar el aparato productivo, resolver el
desabastecimiento y controlar la inflación eso va a tomar tiempo y requerir
medidas duras. La confianza no se genera solo con un gobierno que desarrolle
políticas económicas coherentes y acertadas. La gobernabilidad es fundamental
porque nadie invierte en un país que está inmerso en una confrontación
agónica.
La
crisis económica, como tenía que ocurrir, ha provocado una caída fuerte del
gobierno en la opinión pública. Si en medio de un agudo enfrentamiento se logra
un cambio de gobierno corremos el riesgo de que el nuevo, en unos meses, sufra
la misma caída de popularidad al no resolver la inflación y el
desabastecimiento y después venga otro, y otro, y otro. Una experiencia que ya
han vivido varios países vecinos con consecuencias lamentables.
Tenemos
que trabajar para crear las condiciones que hagan posible un amplio
entendimiento social alrededor de una propuesta que logre el soporte y el
ambiente necesario para que sea viable en el tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario