EDURNE IRIARTE
El ego de Baltasar Garzón está tan desquiciado que ni siquiera es consciente de que el primer personaje al que nos remite su libro, “El Fango”, sobre los “cuarenta años de corrupción en España”, es él mismo, Baltasar Garzón.
Esto es como si un condenado por violencia de género (y no
arrepentido) publicara un libro para denunciar “los cuarenta años de
violencia de género en España”. Delirante. Como el propio
ex-juez, que va camino de convertirse en personaje de chiste, aunque
todavía sobreviva mediáticamente gracias a la increíble pleitesía de una
parte de la izquierda. Por
ejemplo, hoy, de El País, con una entrevista a toda página al condenado
por prevaricación para que dé lecciones de ética a los españoles.
Pero este condenado no arrepentido tiene en su haber, entre otras
muchas historias dignas de ser incluidas en su propio libro, su flamante
cargo como asesor en Derechos Humanos del Gobierno de Cristina
Kirchner. ¿Presentará su libro en Argentina? ¿Hablará allí del asombroso y jamás justificado enriquecimiento de la familia Kirchner? ¿O de las múltiples causas por corrupción abiertas contra el vicepresidente Boudou? Nos tememos que no, como tampoco lo hizo tras el asesinato del fiscal Nisman, el fiscal que iba a acusar a su asesorada.
La ultima aportación del condenado no arrepentido ex juez a los
“cuarenta años de corrupción en España” es lo publicado por este
periódico esta semana, su asesoramiento a un millonario chavista que
tenía sus cuentas bloqueadas en la Banca Privada de Andorra, la misma
que está siendo investigada por blanqueo. Que tiene que ganarse la vida, ha alegado, para justificar esta última andanza. Algo así deben de alegar también muchos personajes corruptos.
Dicen en El País que el libro de Garzón es “una enciclopedia de la ausencia de ética en las instituciones”. Me
pregunto a qué condenados y asesores de chavistas millonarios y
Gobiernos corruptos pedirán la escritura de los siguientes tomos de esa
enciclopedia.
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