Aproximación a la nueva realidad
LUIS MANUEL ESCULPILos resultados electorales asignados por el CNE y lo sucedido el domingo en la noche, crean una nueva situación política, con muy pocas excepciones, la mayoría de los analistas que participaron en los programas de televisión no la valoraron en toda su dimensión. Incluso las cifras anunciadas por Lucena revelan la más baja participación electoral en elecciones presidenciales realizadas en Venezuela.
La votación asignada a Maduro es -junto a la de las últimas parlamentarias- la más baja de las obtenidas por el oficialismo en dos décadas. El rechazo a su gestión se manifestó de las dos maneras como la oposición, se comportó ante la convocatoria del proceso, bien con la abstención o también votando por los candidatos que participaron en las elecciones, especialmente Henry Falcón.
El discurso y el comportamiento asumido por Falcón, debe ser valorado justamente y constituye,sin duda, un factor determinante en el cambio de calidad en el cuadro político que se conforma a partir del pasado domingo; por una parte se pone de manifiesto la debilidad y aislamiento del gobierno y por otra toda las potencialidades de la fuerzas que lo adversan.
El desconocimiento de los comicios y el reclamo de nuevas elecciones libres y competitivas por parte de Henry Falcón e incluso -en menor medida- por Bertucci , coloca en primer plano la exigencia que había planteado el Frente Amplio, la Conferencia Episcopal, diversas instituciones nacionales y la comunidad democrática internacional.
La necesidad y posibilidad de la reconstitución de la plataforma unitaria constituye un propósito prioritario, para atender la gravedad de la crisis que continuará agudizandose y siendo un factor desencadenante del malestar que se observa en todos los estratos de la sociedad, incluyendo esferas y círculos decisivos en el sostén del régimen.
Adelantar con éxito una política frente a la realidad actual, supone necesariamente colocarse por encima de la diatriba intrascendente, a la altura de nuevas exigencias, superando la tentación de ver constantemente por el retrovisor, concentrándose en debatir anteriores posturas, sin proyectar la mirada hacia el horizonte.
Así como quienes optamos por la no participación debemos valorar la posición asumida por los que decidieron concurrir al proceso, quienes participaron tienen que considerar las razones y la fuerza expresada por la abstención y lo justo de exigir condiciones electorales para asistir a la votación.
No se trata de ser eclécticos, sino de comprender que a partir de la racionalidad, alejada de todo fanatismo, de la flexibilidad para comprender las nuevas realidades y la significación y fortaleza del planteamiento unitario, será posible diseñar una ruta que nos conduzca a superar el desastre actual y alcanzar el cambio político.
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