viernes, 18 de mayo de 2018

“La oferta de crudo de Venezuela puede entrar en caída libre”

Ibsen Martinez
 
El Pais

Luis Giusti (Lagunillas, Venezuela, 1944) dejó voluntariamente la presidencia de Petróleos de Venezuela (PDVSA) el mismo día de 1998 en que Hugo Chávez asumió la presidencia. Ingeniero de petróleos, Giusti estuvo al frente del otrora gigante petrolero venezolano desde 1994 y fue quien aplicó una reforma energética pionera en América Latina. Su rol en el boom petrolero colombiano de la década pasada es conocido y valorado. Actualmente reside en Washington, donde es alto consejero del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales en asuntos de energía y petróleo y es miembro del Energy Intelligence Group.
Pregunta. PDVSA es blanco de acciones internacionales que comprometen su futuro, como la sentencia a favor de Conoco-Philips [petrolera de EE UU que tuvo que ser compensada por una expropiación]. Hay analistas que describen este escenario como equivalente a un embargo petrolero. ¿Lo comparte?
Respuesta. No, no es equivalente; aunque sí de impacto significativo. PDVSA perdió con ella el acceso a los patios de tanques en el Caribe que había venido usando. En consecuencia, tiene ahora muy limitada su habilidad para cargar los supertanqueros que mueven las compras de EE UU, India y China.
El caso Conoco deja ver, por otra parte, la bancarrota de la petrolera venezolana. Aunque no esté formalmente declarada, las deudas impagables, la aguda caída de producción que hoy está en 1,3 millones de barriles diarios, la paralización de cinco de las seis refinerías que tiene en territorio nacional, la necesidad de comprar gasolina y derivados en el mercado internacional, el default de los bonos de la empresa..., son todas características de una empresa en bancarrota. A eso hay que sumarle la inmensa corrupción a sus más altos niveles. El saqueo inmisericorde de PDVSA se cuenta ya en decenas de miles de millones de dólares.
Un golpe muy duro podría llegar con la aplicación de sanciones directas contra PDVSA, lo cual eliminaría las posibilidades de vender crudo a EE UU. El año pasado aún se exportaban 700.000 barriles a las refinerías del Golfo de México. Actualmente, esa cifra es de 400.000.
P. La Agencia de la Energía de EE UU ha certificado que Colombia exportó en abril un volumen mayor que Venezuela a la costa del Golfo de México.
R. Circula ya la broma de que Colombia, camino de los 870.000 barriles diarios, y Venezuela con su producción en picado, compiten por ser el primero en alcanzar un millón de barriles al día.
P. ¿Está Venezuela cerca del fin de una era, como ya comienza a afirmarse?
R. No cabe duda de que si el desgobierno de Maduro se prolonga, Venezuela se irá convirtiendo cada vez más en un productor marginal.
P. ¿Los precios altos que se avizoran podrían compensar en algo la merma en la producción?
R. Irónicamente, Venezuela ha sido el mayor factor contribuyente de los actuales altos precios petroleros. No porque haya cerrado barriles para cuadrar cuotas de producción en el seno de la OPEP, sino por una caída de su producción de más de dos millones de barriles diarios en apenas dos años. Revertir producción declinante es siempre una tarea costosa y difícil. Y la actual producción venezolana todavía puede entrar en caída libre.
P. De no haber mediado la sostenida destrucción de PDVSA acometida por Chávez, ¿en qué situación estaría hoy?
R. Cuando asumí las riendas de PDVSA en marzo de 1994, la producción de la empresa era de 2,5 millones de barriles diarios. Con la apertura petrolera, ya a finales de 1997 la producción de Venezuela alcanzaba los 3,4 millones de barriles. Si tomamos como referencia esa cantidad y le asignamos un precio de 60 dólares por barril, el país habría ingresado 180 millones de dólares diarios, unos 65.700 millones de dólares [55.700 millones de euros] anuales. Esa cifra equivale a la deuda total actual que tiene Maduro con China.

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