OSCAR HERNANDEZ BERNALETTE
Si los países cumplieran en algún porcentaje importante los
compromisos que adquieren por la vía del multilateralismo, sin duda,
estaríamos frente a un mundo mejor. Sería un interesante ejercicio pasar
revista a los múltiples convenios, vinculantes o no, que nuestros
gobiernos asumen, y revisar el debido cumplimiento. Seguramente la
decepción sería grande.
En días pasados me tropecé con un acuerdo del Centro
Latinoamericano de Administración para el Desarrollo, CLAD, cuya sede
está precisamente en Caracas, con el título Código iberoamericano de buen gobierno y
que fue firmado por Venezuela (2006). Consideraron inaceptables los
gobiernos que amparen y faciliten la corrupción, que dificulten el
escrutinio público sobre su toma de decisiones, que no tomen en cuenta
las necesidades de sus ciudadanos y que no rindan cuentas. Aplicable a
los presidentes de república, vicepresidentes, presidentes de gobierno o
de consejo de ministros, primeros ministros, jefes de gabinete de
ministros y en general a todos los altos cargos del Poder Ejecutivo.
Acordaron que los principios básicos que guiarán la acción del
buen gobierno son el respeto y reconocimiento de la dignidad de la
persona humana; la búsqueda permanente del interés general; la
aceptación explícita por el gobierno del pueblo, y la igualdad política
de todos los ciudadanos y los pueblos; el respeto y promoción de las
instituciones del Estado de Derecho y la justicia social; objetividad,
tolerancia, integridad, responsabilidad, credibilidad, imparcialidad,
dedicación al servicio, transparencia, ejemplaridad, austeridad,
accesibilidad, eficacia, igualdad de género y protección de la
diversidad étnica y cultural, así como del medio ambiente.
Por otra parte, presenta una serie de reglas vinculadas a la
naturaleza democrática, que no desarrollaremos por razones de espacio,
pero puedo concluir que en su mayoría no son cumplidas por Venezuela
como país firmante. Es lamentable que documentos de esta naturaleza no
sean la cartilla de actuación de los funcionarios públicos de tantos
gobiernos de la región que se alejan de la ética y las mejores prácticas
de gobierno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario