MANUEL FELIPE SIERRA
En los años setenta el bolero (la clásica
expresión amorosa latinoamericana) conoció un nuevo esplendor con las
composiciones y la voz discreta del pianista yucateco Armando Manzanero.
Entonces se hicieron frecuentes sus visitas a Venezuela para los
espacios estelares de la televisión, a celebraciones del “Día de los
enamorados” y selectos conciertos familiares. Un día en el restaurant
“Jaime Vivas” en Sabana Grande donde solía degustar el “hígado
encebollado” lo que según decía era uno de sus platos favoritos en las
giras continentales, pudimos conversar con el cantante de moda.
Explicaba su temprano interés por el bolero, el género más popular en
Yucatán y Veracruz por su cercanía geográfica y cultural con la vecina
isla y apuntalada en el prestigio de la pianística cubana. De esta
manera se hizo pianista y compositor de boleros que junto con el azúcar
eran los principales productos de exportación cubana. Recordaba de allí
su interés por los famosos boleristas de la época, mucho mayor de lo que
para él despertaban los intérpretes de las rancheras con mariachis
propios del resto del país. ¿Has estado en Cuba? le pregunté; “no” me
respondió; ¿pero te gustaría cantar en La Habana? entonces guardo
silencio y triste comentó: “claro que me gustaría hacerlo, es como un
sueño que algún día se hará realidad, cuando cambien las cosas
políticas”. El 15 de julio del 2018 en el histórico Malecón habanero,
junto a la célebre Omara Portuondo, verá cumplido su viejo sueño, en lo
que sin duda será un memorable concierto en honor al piano y la voz
inconfundible del gran bolerista. Junto al retozo de las olas, Manzanero
interpretará sus boleros y seguramente el que tanto le gusta y que
dice: “parece que fue ayer”...
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