Observatorio Electoral Venezolano: las elecciones del próximo 20 de mayo no son libres ni imparciales
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Muchos de los protocolos y normativas que
deben cumplirse para garantizar la integridad de un proceso electoral
se han deteriorado desde la negativa a realizar el referendo revocatorio
en 2016. Desde entonces, el voto ha perdido legitimidad en virtud de un
sistema electoral que ha sido percibido por muchos como poco
transparente, administrado por instituciones parcializadas. El daño no
se ha detenido, al contrario, amenaza con prolongarse en buena medida
por la manera como fueron concebidos los propósitos y funciones de una
nueva Asamblea Nacional Constituyente (ANC). Los derechos políticos y
electorales de los venezolanos se han visto debilitados, traduciéndose
en un escenario de mayor tensión política.
El Observatorio Electoral Venezolano
(OEV) ha acumulado suficientes evidencias para señalar que las
elecciones presidenciales y de Consejos Legislativos se trata de un
evento marcado por distintas violaciones a las leyes vigentes. En
efecto, los derechos políticos de los venezolanos, como electores y como
elegibles, han sido drásticamente limitados por las reglas del juego
impuestas por el árbitro electoral:
- Se inhabilitaron candidatos.
- Se ilegalizaron importantes partidos políticos, con amplia participación en la Asamblea Nacional.
- Se limitó la actualización e inscripción en el registro electoral de los residentes en Venezuela y fue aún más dramático en el caso de los venezolanos residentes en el exterior.
- Se aceptaron candidatos por cuenta propia y por grupos de electores a la elección presidencial para los cuales luce prácticamente imposible que hayan cumplido con los requisitos de ley para participar como elegibles del proceso electoral.
En esta, como otras ocasiones, actores
opositores compiten contra la estructura del Estado. El CNE no sólo no
regula el período de precampaña, sino que establece normas para luego no
aplicar ninguna sanción o limitación al gobierno por el uso
indiscriminado de los recursos y medios públicos. Así, la campaña se
muestra injusta y desequilibrada. Todo ello arroja dudas sobre la
confiabilidad de los resultados.
La consecuencia negativa más grave de
este proceso sería la desvalorización en el pueblo venezolano del voto
como vía democrática para resolver nuestras diferencias y enfrentar la
crisis política económica y social que vive el país.
Extraído de: Observatorio Electoral Venezolano
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