domingo, 15 de marzo de 2015

SANCIONES: REALIDAD VS PERCEPCIÓN

LUIS VICENTE LEÓN
El gobierno del presidente Obama decidió anunciar sanciones contra algunos funcionarios específicos del gobierno de Venezuela en un discurso intenso que calentó el ambiente político venezolano. El matiz frente a declaraciones previas es que lo hizo en el marco de una declaratoria de emergencia nacional frente a la amenaza que, según ellos, representa la crisis venezolana a la seguridad de su país.
Más allá del fondo de estas medidas unilaterales, que no pretendo analizar ahora, esa decisión tiene impactos políticos muy distintos en Estados Unidos y en Venezuela. En política, lo relevante no es tanto la realidad como las percepciones, y es en función de estas últimas que se crean los respaldos y rechazos. Ya habíamos compartido el año pasado los resultados de una investigación nacional de Datanálisis sobre este tema y eran bastante elocuentes: siete de cada diez venezolanos no consideraba conveniente que EEUU tomará medidas unilaterales para atender la crisis venezolana y una mayoría contundente no veía la utilidad de las mismas para resolverla.
La realidad concreta, más allá de la rimbombancia estrepitosa de la declaración de emergencia, que forma parte de un tema procedimental de ese país, es que el gobierno norteamericano aplicó sanciones a funcionarios específicos, de manera individual, quitándoles visas y revisando la posibilidad de congelar sus bienes personales en Estados Unidos. No hay un embargo, ni se bloqueó el comercio petrolero, ni hubo ruptura diplomática, ni mucho menos se anuncia ni se espera una invasión a nuestro país que, por cierto, rechazaría personalmente en cualquiera de sus formas.
Sin embargo, si nos pasamos al plano perceptual ¿Qué tenemos? Un acto soberano como entregar o quitar visas o investigar cuentas o inversiones de personas naturales, se convierte en una sanción grupal y se hace pública desplegando los nombres de los sancionados. Obvio que llama la atención de todo el país y si le agregan una declaratoria de emergencia nacional frente al "peligro", deja automáticamente de ser individual en la mente del receptor para ser vista como una acción generalizada.
La respuesta del gobierno venezolano era previsible. Construye una historia y una épica alrededor de las sanciones, que terminarán siendo lo que la gente entienda que son... o lo que logren que entienda. Es posible que los impactos de las sanciones sean positivos en la política interna norteamericana y tengan que ver con el debate entre republicanos y demócratas y su relación con los electores cubanos y ahora también con los venezolanos emigrados; pero la historia en Venezuela podría ser muy distinta.
Mientras el tema complicado para el gobierno de Venezuela es la crisis económica severa, donde no tiene ninguna posibilidad de ganar, el debate se desplaza al plano político e internacional donde tiene mucho más margen de maniobra. El gobierno concentrará su discurso y acción política en las sanciones de EEUU, que le caen de perlas en momentos de popularidad en declive.
Vale la pena aclarar que EEUU no tiene por que actuar en función de los impactos políticos internos en Venezuela, pero es obvio que sus acciones nos impactan políticamente. Insisto que cada país tiene derecho soberano y unilateral en sus visados y puede sentirse amenazado por quien quiera, pero esa acción le da al gobierno venezolano una nueva historia para reorientar el debate interno. No había que esperar mucho para ver a EEUU como el culpable, en el discurso oficial, de la crisis de inflación y escasez y de cuanta cosa se derive de ella. ¿Qué no es nada nuevo? Es verdad... pero ahora tienen una excusa recontra concreta.

@luisvicenteleon

Luisvicenteleon@gmail.com

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