SORAYA CONSTANTE
VENEZUELA probó este sábado que es capaz de reunir las fuerzas de sus países vecinos. Los doce cancilleres de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur)
asistieron a la reunión extraordinaria en Quito, pese a los cambios de
última hora. El objetivo del encuentro fue acordar una posición común
frente a la decisión de Washington
de calificar a Venezuela como “un problema para su seguridad”. Al final
de las casi tres horas de reunión, Rodolfo Nin Novoa, canciller de
Uruguay, país que ostenta la presidencia Pro Témpore de la Unasur,
manifestó el “rechazo” de toda la región a la sentencia de Barack Obama
sobre Venezuela. En el comunicado se menciona que la actitud
estadounidense constituye “una amenaza injerencista a la soberanía y al
principio de no intervención en los asuntos internos de los Estados”.
Ernesto Samper, secretario general de la Unasur, aseguró
que la canciller de Venezuela, Delcy Rodríguez, quedó “satisfecha” por
el “respaldo total” que consiguió en Quito y adelantó que no se prevé un
encuentro de los mandatarios de la Unasur por este caso, aunque Uruguay
se lleva a casa la tarea de consultar con los presidentes de la región
sobre un próximo encuentro.
Sobre la visita de la delegación venezolana a la Organización de Estados Americanos (OEA),
Samper dijo que “ojalá allí se puedan tomar un cafecito con los Estados
Unidos” y ver si esto se soluciona “por las buenas o por las malas”.
Aseguró que la intromisión de Estados Unidos en la región ha creado “una
tensión muy fuerte” y que nadie entiende cómo se está abriendo el
espacio con Cuba y cerrando el de Venezuela.
La cita precipitada de los cancilleres es el primer evento
que acoge la sede de la Unasur, inaugurada en diciembre pasado. El
canciller de Uruguay, Rodolfo Nin Novoa, que apenas tiene 15 días en el
cargo, elogió la disposición de sus colegas para acudir a la reunión que
inicialmente debía ser en Montevideo, dos días antes, pero que fue
suspendida tras el malestar que generaron las declaraciones de Nicolás Maduro sobre el vicepresidente de Uruguay, Raúl Sendic.
Sendic había dicho en una entrevista televisiva que no
tenía elementos” para afirmar que hay injerencia de Estados Unidos en
Venezuela, y Maduro le lanzó un dardo: “Chávez me decía, ‘tranquilo
Nicolás que el mundo está lleno de cobardes’. Cuando por allá sale un
cobarde a tratar de ganar indulgencia con los gringos”.
Uruguay emitió enseguida un comunicado en el que calificaba
las declaraciones del presidente venezolano como “inamistosas” y
suspendió la reunión de cancilleres. Pero el secretario general de la
Unasur, Ernesto Samper, y el canciller de Ecuador, Ricardo Patiño,
remendaron la cita. Todo se hizo por teléfono, desde la noche del pasado
miércoles, cuando Montevideo canceló el encuentro, hasta el mediodía
del jueves cuando Patiño confirmó a través de su cuenta de Twitter que el encuentro de cancilleres sería en Quito.
Dos horas antes del arribo de los delegaciones de los doce países,
decenas de personas se acercaron a la Mitad del Mundo, donde está la
sede de la Unasur. La gran mayoría pertenecía a los Comités de la
Revolución Ciudadana, nombre que llevan las células partidistas del
partido de gobierno, Alianza País. En los carteles que sostenían,
algunos con el logo de PDVSA, se leían consignas a favor de Maduro,
Chávez y la Revolución Bolivariana y el hashtag: #Venezuelanoestássola.
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