martes, 23 de febrero de 2010

"En la campaña hay que desencumbrar la pobreza"


Según los datos, 70% opina que es necesario que en el Parlamento haya representación de la oposición y 75% dice que faltan nuevos líderes y que aunque "hay gente nueva, ofrecen más de lo mismo". Schemel hizo ayer una presentación al Grupo Diálogo, que coordinan Carlos Raúl Hernández y Pompeyo Márquez y allí afirmó que la mayoría electoral del país "está atrapada entre dos minorías". Por eso invitó a despolarizar el discurso.

Los datos que presentó corresponden a mediciones y focus groups de noviembre de 2009 y enero de 2010 y de ellos extrajo aspectos cualitativos que indican, según su análisis, hacia dónde debería inclinarse el discurso opositor para romper la manipulación que Hugo Chávez hace de la simbología y el discurso. Cree Schemel que es el momento de despersonalizar la campaña electoral y poner el énfasis en la oferta, que debe sacar provecho de la pésima gestión gubernamental. En el caso de las misiones, recomienda que a quienes se benefician de esas ayudas debería quedarles claro en el mensaje opositor que eso no estará en discusión y que gane quien gane se mantendrán. Afirma que la idea del "pobre" es rechazada por la mayoría y recomienda cambiar "la gramática" política y apuntar a que la pobreza "se cura" con empleo. Destaca que hay un cuestionamiento ético en los sectores populares a las misiones, porque fomentan la vagancia, al tiempo que hay una importante valorización del trabajo como generador de riqueza. Destacó que la defensa de la propiedad privada es considerada por estos sectores como algo que también les compete, pues no lo vinculan exclusivamente a las grandes empresas o negocios. Es así como 89% opina que "un trabajo es lo mejor para salir de la pobreza" y 88% rechaza el concepto de que "ser pobre es bueno" y 78% no cree que "ser rico es malo". Asimismo, dijo que es momento de "hacer creíble" la amenaza de que en Venezuela se impone el "socialismo cubano" en el entendido de que 87% de los electores rechaza ese modelo.

Elvia Gómez
EL UNIVERSAL

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