HOMBRE NUEVO
Pompeyo Márquez
Monseñor Ovidio Pérez Morales escribió en El Nacional del 14/01/11 un comentario desde el punto de vista de
Aristóbulo Isturiz llama a discutir sobre este tema prescindiendo de los grandes problemas nacionales que debe abordar
La expresión de hombre nuevo era muy frecuente en el imaginario marxista. Cobraba excepcionales condiciones en la construcción del socialismo en
Más de 70 años de pensamiento único marxista-leninista “inspiraba” la presencia de ese “hombre nuevo”.
Todo eso se derrumbó cuando aparecen los crímenes de Stalin, el perverso culto a la personalidad, la sobreexplotación de los trabajadores soviéticos y del llamado socialismo real. Sin sindicatos (tema constante en la época soviética, Trotzki, entre otros plantó esta cuestión). Las teorías al ser contrastadas con las prácticas resultaron un desastre. Para llegar a ese hombre nuevo había que liquidar a la clase explotadora. En su lugar surgía la nueva clase como capa burocrática apoyada por un régimen militar - policial. La teoría habla de la supresión del Estado pero para llegar a ello debe establecerse la dictadura del proletariado que se refuerza con aparatos militares-policiales para “destruir” (según Chávez triturar, pulverizar) a las clases enemigas.
Cuando colapsa el “socialismo real” ese “hombre nuevo” se lanza sobre las fábricas y demás medios de producción para dar paso a la burguesía rusa actual y a esa excrecencia de la policía política responsable de tantos crímenes el teniente coronel Putin.
Si queremos ejemplos vivos tenemos dos: Cuba y Corea del Norte. Véase allí lo que ha sucedido después de más de 50 años, quienes gobiernan y todo lo hacen a “nombre del pueblo”. Quien ose contrariarlos es enemigo del pueblo, contrarrevolucionario, apátrida.
En el debate adelantado en Europa sobre este tema muchos pensadores llegaron a la conclusión que mejor era dejar “quieto” a ese hombre nuevo y dedicarse a construir sociedades en libertad, con respeto a los demás, con bienestar mediante una creciente calidad de vida. Aristóbulo. Eso es lo que existe hoy en nuestro país. Y por ello se derrotará en
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