martes, 18 de enero de 2011

HOMBRE NUEVO

Pompeyo Márquez

Monseñor Ovidio Pérez Morales escribió en El Nacional del 14/01/11 un comentario desde el punto de vista de la Iglesia con este mismo título. “Para San Pablo el hombre nuevo viene a ser don y tarea. Acción gratuita, liberadora unificante de Dios, al tiempo que compromiso de la libertad humana.”, cita Monseñor.

Aristóbulo Isturiz llama a discutir sobre este tema prescindiendo de los grandes problemas nacionales que debe abordar la Asamblea Nacional.

La expresión de hombre nuevo era muy frecuente en el imaginario marxista. Cobraba excepcionales condiciones en la construcción del socialismo en la Unión Soviética, en los grandes sacrificios para convertir a un país de campesinos, atrasado, en un país industrializado. Los relatos sobre la construcción de las grandes represas rebosaban heroísmo. Así se avanzó en la “acumulación primitiva” de la economía soviética. Hubo un movimiento adelantando por Stajanov, el estajanovismo, que consistía en sobrepasar las tareas asignadas a las empresas sobre la base de unas cadencias mayores a la cadena Taylor, llevada al cine por Chaplin en Tiempos Modernos. Durante la guerra contra la invasión nazi los actos de heroísmo se multiplicaban y la novelística también (dos ejemplos: Los Indomables o un Hombre de Verdad)

Más de 70 años de pensamiento único marxista-leninista “inspiraba” la presencia de ese “hombre nuevo”.

Todo eso se derrumbó cuando aparecen los crímenes de Stalin, el perverso culto a la personalidad, la sobreexplotación de los trabajadores soviéticos y del llamado socialismo real. Sin sindicatos (tema constante en la época soviética, Trotzki, entre otros plantó esta cuestión). Las teorías al ser contrastadas con las prácticas resultaron un desastre. Para llegar a ese hombre nuevo había que liquidar a la clase explotadora. En su lugar surgía la nueva clase como capa burocrática apoyada por un régimen militar - policial. La teoría habla de la supresión del Estado pero para llegar a ello debe establecerse la dictadura del proletariado que se refuerza con aparatos militares-policiales para “destruir” (según Chávez triturar, pulverizar) a las clases enemigas.

Cuando colapsa el “socialismo real” ese “hombre nuevo” se lanza sobre las fábricas y demás medios de producción para dar paso a la burguesía rusa actual y a esa excrecencia de la policía política responsable de tantos crímenes el teniente coronel Putin.

Si queremos ejemplos vivos tenemos dos: Cuba y Corea del Norte. Véase allí lo que ha sucedido después de más de 50 años, quienes gobiernan y todo lo hacen a “nombre del pueblo”. Quien ose contrariarlos es enemigo del pueblo, contrarrevolucionario, apátrida.

En el debate adelantado en Europa sobre este tema muchos pensadores llegaron a la conclusión que mejor era dejar “quieto” a ese hombre nuevo y dedicarse a construir sociedades en libertad, con respeto a los demás, con bienestar mediante una creciente calidad de vida. Aristóbulo. Eso es lo que existe hoy en nuestro país. Y por ello se derrotará en 2012 a este régimen, a esta autocracia militarista con tendencias totalitarias.

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