Inflación y recesión mermaron el bienestar financiero de las familias
Una crisis económica y altos precios en bienes y servicios fueron los comunes denominadores en un año en el que los ingresos de las familias cayeron por primera vez desde 2003.
De acuerdo a las cifras que maneja el Instituto Nacional de Estadística (INE), para el primer semestre del año pasado el ingreso de los hogares promedió 3.190 bolívares al mes, mientras que un año antes se situaba en 2.665 bolívares.
En términos nominales fue un crecimiento de 19,7% pero, cuando se le agrega el ingrediente inflacionario, se trató de un caída real de 8,3% entre 2009 y 2010.
El indicador sobre el ingreso que el INE presenta no solo se compone de recursos que provienen del trabajo, sino también de becas, bonos de alimentación y pensiones, entre otros.
Cuando se elimina el efecto de las ayudas sobre la entrada de dinero a los hogares, la disminución del ingreso en términos reales fue de 8,8%, lo que significó que no hubo mayor intención de compensar la reducción de los recursos a través de más asistencia.
Sin becas, el ingreso promedio de las familias en el primer semestre del año pasado se ubicó en 2.775 bolívares, de acuerdo a los datos suministrados por el INE.
Esto significa que 13% de los recursos que recibieron las familias entre enero y junio del año pasado llegaron por actividades distintas al trabajo, un porcentaje levemente por encima del 11,9% que se registró en igual lapso del año 2009.
En el reporte, el INE destaca que el bienestar de la población depende no solamente del ingreso por el trabajo, sino también de la política social que lleva adelante el Gobierno.
Entre 1999 y 2010 el ingreso promedio de los hogares venezolanos avanzó 890,6% en términos nominales, pero una inflación acumulada de 758,8% en ese período redujo fuertemente la magnitud de ese crecimiento. En términos reales el aumento del ingreso promedio de las familias fue de 11,1%.
Causas y consecuencias
Al cierre del año pasado los precios al consumidor en Venezuela se incrementaron 27,2%, de acuerdo a las cifras suministradas por el Banco Central de Venezuela. El énfasis en la subida de los precios estuvo en los alimentos, precisamente donde se concentra el mayor gasto de las familias.
De hecho, la capacidad de las familias de cubrir sus gastos en alimentación con la remuneración básica se redujo.
A finales del año pasado con un salario mínimo se podía cubrir 89,3% de la cesta de alimentos básicos, que el INE calculó en 1.370,93 bolívares en diciembre pasado.
Un año antes, cuando la canasta alimentaria ascendía a 1.070,89 bolívares, se podía costear 90,3% con un salario mínimo.
Además de la inflación registrada durante el periodo pasado, la recesión de la economía, de 1,9% durante el año pasado, tuvo un efecto importante. Los componentes en esta fórmula contractiva fueron la caída de los precios petroleros -que generó un menor ingreso de recursos al país- y una disminución de 2,9% en el nivel de consumo final de las familias.
Pobreza afectada
El Instituto Nacional de Estadística reportó anteriormente que en el primer semestre del año pasado la tasa de pobreza por ingresos repuntó levemente, al pasar de 26,4% a 26,8% de los hogares en el país.
Esta situación se presentó por primera vez desde el año 2003, aunque en menor magnitud. Para ese año los efectos del paro petrolero, acción que detuvo casi por completo la producción petrolera del país, afectó gravemente las finanzas.
Para 2010 los hogares más afectados por la caída de los ingresos han sido aquellos que dependen de remuneraciones mínimas. De acuerdo a los propios datos del organismo estadístico, desde hace cuatro años el ajuste del salario básico no iguala el nivel inflacionario.
El año pasado el aumento fue de 26,4%, de manera que la remuneración más baja en Venezuela se ubicó en 1.223,89 bolívares al mes. Pero la inflación de 27,2% al cierre de 2010 dejó corto el ajuste salarial.
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