Un escenario: Chávez no podrá ganar en 2o12
ELIDES ROJAS
Las posibilidades del chavismo de mantenerse en poder se reducen en la medida que se pegue más a los Castro
¿Qué le queda al chavismo por hacer de aquí al 2012? ¿Qué le queda por hacer que no haya hecho todavía? Claro que la premisa fundamental es que Chávez, ya lanzado a la presidencia, quiere ganar una vez más, pero a diferencia de otras oportunidades esta vez tiene el santo en la espalda, un bojotón de tortas en el camino andado y otras plastas peores en el camino por andar.
Se ha dicho en los pasillos de la oposición, sea en reuniones formales o en casas frente al televisor, que Chávez es inderrotable. Un fuerte halo de pesimismo rodea siempre a la gente que está en contra del castrocomunismo encarnado en Hugo Chávez. Siempre la cosa se ve de difícil a imposible. Y hay razón para que la óptica sea esa. Chávez las ha ganado todas. Ha ganado con ventajismo y abuso de poder, es verdad, pero ha ganado. El referendo revocatorio es el único proceso que todavía tiene a más de uno pensando en fraude. Las elecciones del 26 de septiembre, en la misma onda, se ganan en voto electoral, pero gracias al ventajismo y abuso de poder legislativo, Chávez se alza con más diputados que la oposición. Pero la realidad manda. Ya no es mayoría y eso es lo que cuenta desde el punto de vista de legitimidad y gobernabilidad actual y a futuro.
A menos respaldo popular, más cuidado en las decisiones que tome. El fantasma de Bolivia lanzado en las calles recorre el espinazo del más pintao de los militares comunistas venezolanos. El IVA para esquilmar los bolsillos de los súbditos y seguir con la coba de que estamos blindados, cosa que ya nadie cree, es otro punto del recule espectacular, después de pasar tres meses hablando de radicalización y más pajas. La verdad es que Chávez, comunista y todo, depende del petróleo y más nada. A mejores precios más popular. A peores precios peor le va. Esa es su vida política y así se ha conducido por estos 12 años.
Y eso es lo que hace previsible que saldrá con las tablas en la cabeza en 2012. Los precios del crudo se recuperan en esta coyuntura de viento, nueve y frío. Siempre ocurre. Pero, como el más lerdo de los analistas ha dicho y la propia incoherencia chavista sostiene, el capitalismo está agonizando y no se recupera aun del último golpe financiero gringo. Así que por algunos años la cotización será muy parecida a lo que hemos visto en los últimos tiempos. Esa es la base de misiones, regaladeras, populismo, demagogia, ofrecimientos, expropiaciones, confiscaciones, mandados para Evo, maletas para Cristina, compras de armas, contratos a futuro con los chinos, donaciones para pobres en el imperio, regalos en los barrios, becas y la corrupción, otra de las claves del sustento del chavismo. El chavismo sin ladrones y corruptos no sería más que un pequeño partido de junta parroquial.
No hay posibilidades de nuevos inventos que han funcionado para mantener a Chávez en oportunidades anteriores. Ya agotó todo el abanico de la demagogia fundamentada en petróleo. Pero hay más. La estela de destrucción que va dejando ya tiene niveles de desastre mundial. Empleo que ve, empleo que tritura. Empresa productiva que ve, empresa que pasa el páramo en escarpines. No importa de qué se trate. Sea finca, hacienda, fábrica de hielo, productora de válvulas, papelera, bancos, siderúrgicas, comercio. Todo queda en quiebra socialista por obra y gracia del choreo y la incapacidad.
El ámbito internacional está claro en que esto no es un gobierno democrático, sino una dictadura militar del tipo siglo XXI y los respaldo internos se van cayendo producto del incumplimiento y la mentira.
Y, como ya sabemos, salvo recules esporádicos y sorpresivos, este camino comunista está marcado con tinta indeleble. Y esa es la mejor forma de asegurar el fracaso en la gestión y, en consecuencia, el fracaso electoral. Y quienes creen en las trampas efectivamente las habrá pero una mayoría clara y consolidada no puede ser estafada. Donde ha ocurrido la estafa, el dictador se va de cabeza contra el piso. Y si hace otro de esos actos predecibles en un militar con alma de dictador como sería desconocer el resultado, entonces comenzará la cuenta final como en la pelea Alí-Foreman. Es cosa de uno o dos asaltos más antes de la caída.
Este es un escenario factible. Al menos es uno de los que está sobre la mesa. Hay más, pero no caben aquí por hoy.
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