jueves, 25 de junio de 2009

Alzas en precios controlados inyectan gasolina a la inflación

Para Barclays Capital la política monetaria del BCV busca favorecer al Gobierno

La administración de Hugo Chávez ha autorizado incrementos de precios en alimentos básicos como sardinas, quesos y leche, a la vez que puso fin a la regulación de las caraotas negras, lentejas y arvejas, decisión que impactará a un consumidor que durante el primer trimestre de este año ya sintió cómo el salario, en promedio, perdió poder de compra en 5%.

Si bien el ajuste evitará que los productores mermen la oferta y haya escasez, constituye un nuevo elemento en un conjunto de factores que presagian que la inflación, que suma un avance de 27,7% en los últimos doce meses en términos generales y, de 28,1% en los alimentos, tome mayor impulso.

Analistas estiman que un elemento clave es que ante el descenso de los petrodólares el Gobierno tiene menos divisas para repartir y un número creciente de empresas recurren al mercado paralelo, el resultado, es que los precios al por mayor de los productos importados se han disparado 15,7% en los primeros cinco meses, el mayor salto desde 2003, cuando el paro empresarial desarticuló la economía.

Aunque los comerciantes ya están pagando una cantidad superior por la ropa, electrodomésticos y demás artículos importados que ofertan en sus tiendas, las cifras del Banco Central indican que aún no trasladan del todo el costo a los consumidores, pero inevitablemente el traspaso comenzará a realizarse en el corto plazo.

Básicamente, en el caso de los productos donde el consumo está cayendo será más problemático para los comerciantes elevar los precios que en aquellos donde la demanda cuenta con mayor oxígeno.

La política del instituto emisor también entra en el juego. Conscientes de que la fuerza que impulsa los precios proviene de un desajuste donde la demanda supera la oferta, cuando los bancos centrales quieren frenar la inflación desestimulan el consumo aumentando las tasas de interés, pero el BCV ha tomado el camino contrario.

En un intento por evitar que la economía caiga en recesión, el Banco Central disminuyó las tasas de interés para los créditos en dos puntos y rebajó en 1,5 puntos la compensación para los ahorristas.

El Banco Central también ha adoptado una política que relaja el control de la cantidad de dinero en la economía, otro factor clave para contener la inflación, y favorece el plan del Gobierno de emitir bonos por el equivalente a 17 mil millones de dólares que servirán para alimentar el gasto público.

Para retirar bolívares de la economía, el Banco Central le vende pagarés a las entidades financieras. A fin de que los bonos que se dispone a emitir Finanzas no tengan competencia alguna, el BCV recortó el rendimiento de sus títulos desde 12% hasta 6%.

El Banco Central tiene represados 28 mil 800 millones de bolívares. Paulatinamente los papeles se vencerán y estos fondos fluirán hacia los títulos que cada semana coloca Finanzas.

Cuando el Gobierno reciba los recursos los inyectará nuevamente en la economía. Así, los bolívares que fueron retirados para contener la inflación se introducirán en momentos en que el país cuenta con menos dólares para importar y por tanto mayores problemas de oferta.

Un análisis de Barclays Capital fechado en junio de este año, afirma que el BCV "simplemente mantendrá una política monetaria totalmente alineada con el gobierno central".

Inmediatamente agrega que este alineamiento tendrá como resultado "mayor inflación".

En los primeros cinco meses la inflación acumula un avance de 10,1% y Barclays estima que culminará el año en 29,9%.

VSALMERON@ELUNIVERSAL.COM

Víctor Salmerón
EL UNIVERSAL

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