Perdemos todos
Tal Cual, 10 de junio de 2009
Argelia Ferrer
E l Plan Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación plantea entre sus objetivos estratégicos "Desarrollar una ciencia y tecnología para la inclusión social, donde los actores de la sociedad venezolana sean sujetos de acción en la formulación de políticas públicas en ciencia y tecnología y partícipes del nuevo pensamiento científico que se gesta en el país". Para que esa inclusión y participación públicas sean posibles, es indispensable que la sociedad tenga información y opinión sobre estos temas, lo cual no sucede.
En Venezuela, el discurso político sobre el valor de la ciencia y la tecnología para el desarrollo y la independencia del país es convincente, pero su práctica no lo es. En general, la comunicación pública de la ciencia, la tecnología y la innovación es una empresa muy venida a menos en los países en desarrollo. Poco se habla de estos temas en los medios de comunicación públicos y privados, donde la divulgación y la opinión científica son prácticamente inexistentes.
Pero en Venezuela, en los actuales momentos, el riesgo de opinar es muy alto, como lo han demostrado las consecuencias sufridas por científicos que se han atrevido a emitir opiniones contrarias a las políticas del gobierno en el sector científico-tecnológico, o han difundido resultados de investigaciones que el gobierno hubiera preferido mantener fuera del alcance de la opinión pública.
El último caso conocido de retaliaciones hacia investigadores que han expresado sus puntos de vista divergentes de la política oficial, lo constituye la destitución del doctor Jaime Requena de su cargo como investigador del Instituto de Estudios Avanzados (IDEA), por haber publicado en una revista científica internacional de gran prestigio su opinión sobre la exclusión de las ciencias sociales del financiamiento público y por concluir en sus investigaciones que la producción científica nacional es la más baja en los últimos 25 años.
Nos preguntamos cómo puede la sociedad venezolana ser sujeto de acción en la formulación de políticas públicas en ciencia y tecnología, como lo enuncian los objetivos estratégicos del Plan Nacional, si no tiene elementos para informarse y formarse juicios sobre el sector. La información y opinión sobre ciencia y tecnología son fundamentales para lograr la democratización de la cultura científica y la participación ciudadana en aspectos relevantes para el desarrollo.
Los científicos son actores de primer orden en los temas de ciencia y tecnología y su relación con la sociedad pasa por la comunicación información, divulgación, opinión- de los temas vinculados al sector.
El silencio de los científicos no sirve de nada: ni al gobierno, que no podrá corregir aspectos de su gestión que no vayan bien; ni a los ciudadanos, que no podrán disfrutar su derecho a estar informados.
En resumen, no pierden sólo los investigadores silenciados, sino que perdemos todos.
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