La patraña paramilitar de Chávez
Roberto Giusti
No se puede llamar de otra forma y habría que agregarle que es, además, chambona por increíble e improbable porque no se presentó ninguna evidencia. Me refiero, obviamente, a la denuncia presidencial sobre un presunto enfrentamiento entre "fuerzas del orden bolivarianas" y un supuesto grupo paramilitar en la localidad de Tinaquillo, estado Cojedes.
La intención real, la de criminalizar a los gobernadores del Zulia y Táchira para desalojarlos del poder por subversivos, revela una pobrísima imaginación y sólo puede engañar a los ya predispuestos a engullir cualquier mentira que se le ocurra a este fabulador de pacotilla que en su pauta comercial de los domingos pretende vendernos, además de pañales desechables, las más disparatadas comiquitas bélicas.
Si Pérez Vivas y Pablo Pérez promueven la creación de ejércitos irregulares, por qué estos no aparecen en Abejales, La Fría (Táchira), Machiques o El Moján (Zulia), sino en Tinaquillo, localidad bien apartada de la frontera y donde el gobierno regional está en manos de un chavista confeso como Tedoro Bolívar, ¿no habría, entonces, que reclamarle a éste y no a dos lejanos gobernadores por las operaciones de irregulares armados en territorio bajo su control? ¿Acaso las manos de los dos Pérez, con escasos seis y cinco meses en las gobernaciones fronterizas, son tan largas y tan poderosas como para llegar a Tinaquillo y desde allí pretender tumbar al gobierno?
El Presidente, tiene razón al advertir que aquella zona de los llanos está, "cundida" de paramilitares, sólo que pasa por alto un pequeño detalle: se trata de las autodenonminadas Fuerzas Bolivarianas de Liberación, (FBL, grupo irregular armado de confesa adscripción chavista).
Así que cuando él dice que atacaron a las "fuerzas bolivarianas del orden", uno no sabe si se trató de un enfrentamiento entre ejército regular y FBL, entre FBL y policía regional, entre ésta y el hampa común, entre la Guardia Nacional y las FBL, entre dos facciones del paramilitarismo chavista o si se montó toda una tramoya y en realidad no pasó absolutamente nada.
Hubo fuego de ametralladora y de fusilería, como advierte el Presidente, pero no reporta ni un casquillo de bala, ni nada que pudiera confirmar la certeza de la denuncia. De manera que dos grupos armados con notable poder de fuego (si los paracos tenían ametralladoras y fusiles imagínense usted qué tendrían, digamos, por ejemplo, soldados del Ejército) sostuvieron un combate y no se registra un solo herido o, al menos un detenido. Conclusión: esos muchachos tienen mala puntería.
Ciertamente en Táchira y Zulia operan grupos paramilitares (colombianos y venezolanos). Pero eso ocurre desde hace muchos años y el peso único de tal aberración, que convierte en un infierno la vida de los habitantes de la frontera, recae sobre Hugo Chávez.
RGIUSTI@ELUNIVERSAL.COM
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