La unidad opositora
El Universal, 3 de junio 2009
Estrategia opositora tendrá voceros y sedes rotatorias
Ya se coordinaron las comisiones por temas para establecer acciones de protesta
La decisión de abrir una nueva etapa de coordinación política en la alianza de oposición ha despertado cierto optimismo entre los miembros del acuerdo que abarca a diez organizaciones, a saber: Un Nuevo Tiempo, Primero Justicia, Acción Democrática, Copei, Movimiento al Socialismo, Podemos, La Causa R, Alianza Bravo Pueblo, Bandera Roja y Vanguardia Popular.
Desde hace varias semanas se viene trabajando en esta coordinación, para la cual se designó como responsable operativo al ex diputado Ramón Guillermo Aveledo junto con el diputado Ismael García (Podemos).
Uno de los factores que más retrasó el acuerdo fue el cómo constituir un organismo que sea realmente operativo en términos prácticos, pero que, al mismo tiempo, integre a todos los factores de oposición -incluyendo sectores de sociedad civil y gremios- sin que se reproduzca la estructura "paquidérmica" que fue la Coordinadora Democrática.
A partir del próximo lunes, según se acordó, realizarán ruedas de prensa conjuntas sobre la base de temas previamente consensuados y que presenten ante el país una sola visión de la dirigencia opositora. Asimismo, los voceros y las sedes serán rotativos para evitar que haya protagonismo de unos sobre otros.
Uno de los aspectos más destacados del acuerdo es la integración de comisiones de trabajo por temas, como son de asuntos sociales, derechos humanos, de asuntos internacionales, por citar algunos, que establecerán la estrategia a seguir para denunciar las fallas del Gobierno y proponer acciones de denuncia y protesta.
En materia electoral, aún no se han adelantado acuerdos a la espera de que la Asamblea Nacional determine definitivamente cuál será el esquema que se impondrá. Como lo propuso desde 2005 -y se aplicó, aunque finalmente se impuso el retiro de la contienda- el MAS insiste en la designación de una tarjeta única, pero algunos alegan que la traba de esta estrategia es que obligaría a los partidos a recoger de nuevo firmas para los comicios siguientes.
Elvia Gómez
EL UNIVERSAL
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