Freddy Guevara asegura que expropiaciones en la Plaza Bolívar "son improvisadas"
"Hugo Chávez expropia para hacerse él dueño de todo"
Las declaraciones de Borges, en Chacaíto, coincidieron con la decisión de Chávez desde la plaza Bolívar, de ordenar la expropiación del centro joyero que funciona hace décadas en el edificio La Francia. Por varias semanas, Borges ha venido advirtiendo sobre el hecho de que las expropiaciones ordenadas por Chávez no solo perjudican al erario público por los pocos casos en los que se le ha pagado a los propietarios privados para que no se produzca nada luego, sino que en la práctica la oferta de que los trabajadores se beneficiarían de la medida ha sido mentira "y la producción y el empleo vienen palo abajo". Así, citó ocho casos, a su juicio emblemáticos, que explican su denuncia. "Son historias de fracasos y engaños que solo se explican por la actitud egoísta de un presidente obsesionado por ser dueño de todo". Asimismo citó datos recientes de Consultores 21 que indican el apoyo de los venezolanos a la propiedad privada.
Borges habló de que 49% de las acciones de la fábrica de válvulas Inveval, expropiada en 2003, fue prometido a sus trabajadores, pero hoy el Estado tiene el 100%. De la papelera Invepal, antes Venepal, expropiada en 2005, el Gobierno controla 83% y la totalidad de los trabajadores de la Cantv y la Electricidad de Caracas, estatizadas en 2007, tuvieron que vender sus acciones. "15 mil familias vinculadas a Sidor como accionistas clase B, propietarias del 20% de la siderúrgica, continúan hoy en el limbo sin saber qué pasará con su propiedad", recalcó Borges. "El Gobierno continúa con la obsesión egoísta de querer ser dueño de todo, de controlarlo todo" y recordó que el vicepresidente Elías Jaua alertó que el Gobierno busca que todo se convierta en propiedad social, "como si eso se tradujera en propiedad para el pueblo, pero los venezolanos saben que las 120 empresas expropiadas hasta ahora han terminado en manos del Gobierno". Al precisar el daño directo ocasionado por las expropiaciones al empleo, Borges citó que la cooperativa Invetex, que comenzó con 300 trabajadores hoy conserva 100. "La procesadora de arroz Cargill, expropiada hace un año, supuestamente por no producir arroz regulado, ha mermado su producción a la mitad y los trabajadores sufrieron hasta un recorte en sus sueldos de 50%". EG
5 de cada 10 venezolanos dicen que desconfían del Presidente
Sólo 2 de cada 10 venezolanos culpa al presidente Hugo Chávez de los problemas del país. Según el Instituto Venezolano de Análisis de Datos (IVAD), 63,2% de los venezolanos responsabiliza a las distintas instancias del Ejecutivo nacional de los problemas del país; 20,1% atribuye la culpa directamente al presidente de la República, Hugo Chávez; 11,4% a los gobernadores y 6,2% a los alcaldes. En relación con la confianza en el jefe de Estado 51,6% tiene poca o ninguna confianza, otro 21,6% dijo que le tenía poca confianza y 30% ninguna confianza. Mientras que 15,7% le tiene mucha confianza, 20,2% le tiene confianza y 11,7% algo de confianza.
Desde el punto de vista de su definición política, 36% se declara como chavista, 33,4% como no chavista, 26,1% no se considera de ninguna tendencia, a 1,9% no le interesa la política y 2,6% no sabe o no responde.
Con respecto a la economía, 62,5% considera desfavorable la devaluación del bolívar. Sobre las causas de la crisis eléctrica, 39,8% considera responsable al Presidente; 25,8% a la naturaleza, concretamente al fenómeno El Niño, 11,3% al pueblo y su falta de conciencia. Sobre los problemas en el suministro de agua, 32,2% dice que producto de la falta de lluvias, 24,6% responsabiliza el Gobierno nacional y al Presidente, 15,6% a la falta de conciencia del pueblo y 13,5% no sabe o no responde. En este mismo sentido, 41,7% de las personas cree que las medidas de racionamiento tomadas por el Gobierno son poco acertadas y 22,9% las ve como nada acertadas. Frente a 22,4% que las ve bastante acertadas y 9,6% muy acertadas. El estudio difundido por Globovisión se realizó entre 16 y 28 de enero de 2010.
Control de precios ha generado desinversión y escasez
La medida tenía como finalidad controlar la inflación, principalmente en los alimentos, pero tras siete años de control la política sigue siendo poco eficiente. Una vez más, el sector productivo inició este año solicitando al Ejecutivo nacional revisión en los precios de alimentos básicos como pastas, pan, pollo, carne, leche, quesos, café, azúcar y maíz, valores que no se modifican desde 2009. El sector demanda aumentos proporcionales a los incrementos que han sufrido las estructuras de costos: leche pasteurizada entre 35% y 40%; en los quesos 40%; en carne 40%; pollo cerca de 50%; el resto de los sectores mantienen sus solicitudes en reserva.
Pero los ajustes que el Gobierno ha hecho en los precios de estos productos en los últimos tres años, han sido tardíos e insuficientes y el rezago se hace insostenible en estos momentos, sobre todo, con la devaluación de la moneda. Mientras los insumos se mantienen en constante alza los precios de los productos terminados siguen regulados.
En los últimos siete años, el control de precios ha generado desinversión en el sector, que se traduce en disminución de la producción, escasez y finalmente en especulación; y aún así el Gobierno insiste en que no se desmontará la regulación. Analistas e industriales coinciden en que el control de precios puede ser viable siempre y cuando el Gobierno reconozca las estructuras de costos reales, sincere los precios y haga ajustes periódicamente.
Durante 2009, se ajustaron al alza los precios de 19 de los 22 rubros que están regulados. Algunos como las sardinas frescas, granos y leguminosas fueron excluidos del control de precios, y otros como los aceites, pan, pastas y leche fueron regulados a la baja. Ciertamente, en 2009, la inflación de alimentos fue inferior a la de años anteriores y cerró en 20,9%, pero la política no ha arrojado los resultados esperados. Los consumidores resultan ser los más afectados con el control, pues cuando hay escasez deben pagar más por los alimentos y conformarse con lo que consigan en el mercado.
Arma de control
El control de precios se ha convertido en un mecanismo para asechar al sector agroindustrial. A partir de esta medida surgieron otras regulaciones que mantienen oprimidas a las industrias. Una vía de compensación que tenían las empresas para amortiguar las pérdidas que genera la producción de los alimentos regulados eran las variedades o los productos especiales. El año pasado el Gobierno fijó cuotas donde obliga a la agroindustria a destinar la mayor parte de su producción, entre 80 y 90%, a las versiones reguladas.
El poco o nulo margen de rentabilidad que le queda tanto a la industria como al comercio a través de la venta de los productos regulados, ha potenciado la especulación en los precios al consumidor. Por ejemplo, actualmente azúcar y café son los productos que se encuentran escasos, y los consumidores pagan hasta 10 bolívares fuertes por un kilo de azúcar y está regulado en 2,86 bolívares.
Cae la producción
La meta de alcanzar la soberanía agroalimentaria luce cada vez más alejada, pues la producción primaria y agroindustrial se ha viso seriamente afectada a raíz del control de precios. En los últimos años la producción de materias primas como arroz, maíz y café han disminuido notablemente; y la producción agroindustrial cerró con una merma de 5% en la producción.
La presencia de los rubros de primera necesidad en los anaqueles es irregular y las fallas de abastecimiento se vuelven cíclicas.
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